10 recetas para mejorar la productividad laboral

En lugar de emplear más horas en el trabajo, la clave está en optimizar los recursos y no malgastar el tiempo
Por José Ignacio Recio 1 de diciembre de 2014
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Imagen: Jerry Bunkers

Cada vez se habla más de ser competitivos en el trabajo, requisito imprescindible para que la economía española vuelva a crecer con cierto vigor. Para ello no hace falta dedicarle horas y horas a la actividad laboral, ya que seguir unas pautas de comportamiento determinadas ayuda a mejorar de manera notable la calidad de las tareas. En unos casos, esto pasa por adquirir nuevos hábitos y, en otros, por cambiarlos. Si como se indica en este artículo se optimizan los recursos, se planifican las tareas y no se malgasta el tiempo, se aumentará la productividad laboral con toda seguridad.

Cómo ser más competitivo en el trabajo

Si se desea aumentar el rendimiento en el trabajo, no está de más importar de forma inmediata una serie de recomendaciones básicas, que ayudan al trabajador a convivir mejor con las tareas encomendadas. De este modo, es posible ganar el respeto de jefes y compañeros, pero -sobre todo- se realizará el trabajo y no se malgastará el tiempo. Algunos de estos consejos para mejorar la productividad laboral, fáciles de aplicar, son los siguientes:

  • 1. Agrupar todas las llamadas:

    Conviene concentrar en un día todas las llamadas telefónicas que haya que realizar durante la semana, para planificar mejor las labores. Hay que prever siempre que la comunicación con otras personas requiere esperas, nuevas llamadas, contactar con la persona buscada…

  • 2. Evitar distracciones:

    Hay que tener el móvil en silencio o con la vibración activada para no distraerse con las llamadas de amigos y familiares. Por supuesto, a los mensajes de texto o whatsapp no hay que prestar atención, a no ser que se esté pendiente de un recado importante.

  • 3. Planificar el trabajo:

    Hay que dedicar un tiempo, al comienzo de cada día, a planificar todo lo que deberás hacer en el trabajo. Se pierde tiempo al comenzar, pero al final se gana, ya que es una fórmula clave para optimizar el rendimiento.

  • 4. No alejarse de las tareas laborales:

    Hay que centrarse en las tareas inherentes a la actividad y, bajo ningún concepto, dejarse llevar por intereses o diligencias extralaborales. Si se actúa así, se pierde mucho más tiempo del necesario en realizar los trabajos encargados.

  • 5. Pedir consejo a los compañeros con mayor experiencia:

    Se puede aprender a optimizar el trabajo a través de los consejos de los compañeros con mayor experiencia en la empresa. Es muy probable que puedan ayudar a desarrollar mejor los cometidos profesionales.

  • 6. Hacer pocas escapadas:

    No conviene ausentarse durante mucho rato (o repetidas veces) del trabajo, aunque sea para tomar un café, fumar o despejarse. Con esa actitud, lo único que se logra es dilatar las tareas pendientes.

  • 7. Aprender a ser competitivo:

    Hay que regirse bajo parámetros de profesionalidad, algo que ayudará a mejorar día a día y, de paso, a abreviar las tareas encomendadas.

  • 8. No abusar de necesidades privadas:

    Si se debe realizar alguna actividad personal (acudir al médico, retirar efectivo en el cajero…), es mejor hacerlo en los ratos libres. Nunca se debe hacer en el horario de trabajo, que hay que respetar.

  • 9. Marcarse unos objetivos:

    Aplicar el célebre refrán «No dejes para mañana lo que puedes hacer hoy» ayuda a cumplir con las tareas y evitar una acumulación prolongada de trabajo, que hará preciso estar más horas de las necesarias en la oficina.

  • 10. Ser responsable:

    Es recomendable llegar al puesto de trabajo con unos cuantos minutos de antelación, para poder hablar con los compañeros, despejarse un poco, preparar la jornada laboral, etc. Así después no habrá tiempos muertos durante la jornada laboral.

España, mejorable en productividad

España no es un país que se distinga por su productividad en el trabajo, según se constata en un buen número de informes que inciden en esta tendencia. Muchos trabajadores piensan que con cumplir con su horario es suficiente para desarrollar sus tareas profesionales, pero esto no es así. Las empresas exigen un rendimiento concreto a sus asalariados, que deberán cumplir de manera independiente a las horas que deban dedicar. Unos terminarán antes, mientras que otros requerirán más tiempo para acabar las mismas tareas.

De lo que se trata -en opinión de las asociaciones empresariales- es de ser más competitivo. Esto no se consigue por trabajar más horas, sino con una mayor profesionalidad de los trabajadores y una mayor implicación en su trabajo.

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