¿Cuánto cuesta montar una empresa? ¿En qué país es más barato empezar un negocio? Para constituir una empresa habrá que valorar una serie de gastos e impuestos que no son iguales en todos los países de la Unión Europea, pero que determinarán el esfuerzo fiscal de los emprendedores. De todos, el impuesto de sociedades es el más determinante, con un 25% para las empresas establecidas en España, muy por encima del 22,9% de la media comunitaria. En este artículo, los empresarios tendrán no solo una respuesta al pago de sus impuestos, sino que podrán conocer cuáles son los precios de trámites que deben hacer para constituir su marca y dónde es más económico poner en marcha un proyecto empresarial.
¿Cómo y cuánto cuesta crear una empresa?
Crear una empresa conlleva una serie de gastos que hay que cumplir, aunque muchas veces son más engorrosas las gestiones administrativas que el propio desembolso económico que hay que afrontar: esperas, tramitación de documentos, justificantes, etc. A todo eso, se añaden una serie de impuestos, entre los que destaca el impuesto de sociedades, que hacen un poco más difícil la labor de emprendimiento en España.
Para formalizar el proceso administrativo de poner en marcha un negocio, no habrá más remedio que seguir unas pautas de actuación, con la finalidad de registrar la marca, constituir el capital inicial y afrontar todas las gestiones para que no quede nada a la improvisación.
Esto es lo que cuesta cada uno de los pasos que se deben seguir para constituir una empresa.
Paso 1. Registrar el nombre
En primer lugar, hay que dar una imagen a la empresa a través de su denominación que se deberá registrar en el Registro Mercantil Central. No es necesario acudir a sus oficinas, ya que las gestiones administrativas pueden desarrollarse telefónica o telemáticamente, con mayor comodidad.
Este sencillo proceso tiene un coste económico, aunque no es excesivo, que está en torno a 50 euros.
Paso 2. Abonar el capital inicial
El siguiente movimiento en el proceso consiste en desembolsar el capital de la empresa. Será una cantidad mínima de 3.000 euros en todos los casos, sea cual fuese la actividad a la que se dedique la empresa y hasta su naturaleza. No obstante, algunos emprendedores desconocen que este capital puede generarse en especie (ordenadores, furgonetas, ofimática, etc.). Estas gestiones deberán articularse a través de un banco, que no cobrará comisión o gastos adicionales.
Paso 3. Gastos de notaría
Todos los documentos y certificados gestionados con anterioridad deberán ir a un profesional, que será el encargado de leer las escrituras y enviarlas al Registro Mercantil para que la empresa quede constituida legalmente. No hay unos gastos fijos, sino que vendrán determinados por los honorarios que apliquen los notarios, y que se basan en una libertad de tarifas. Aun así, las diferencias no exceden en más de 100 euros.
¿Es más caro crear una empresa en España o en otros países?
Un aspecto muy importante para crear una empresa es el impuesto de sociedades que por obligación hay que abonar en estas situaciones. En España esta tasa es más cara que en otros países comunitarios, ya que se paga un 25% por este impuesto, cantidad superior en casi tres puntos porcentuales con respecto a los miembros de la Unión Europea, cuya media está situada en el 22,9%. Como consecuencia de ello, la presión fiscal aquí es más alta que si se constituye una empresa en Bulgaria (10%), Irlanda o Chipre (12,50%), que son las que tienen las tasas más bajas de esta área económica y social.
De todas formas, habrá que fijarse en los grandes impuestos que deben pagarse para establecer un negocio: IVA y el IRPF. Con respecto al primero, el tipo general en España es del 21%, ligeramente más bajo que la media europea (21,53%), por lo que habrá unas ventajas mínimaspara poner en marcha una empresa en el territorio nacional.
Esta tasa es una de las principales que deberán abordar los emprendedores que creen una empresa en los próximos meses. El impuesto de sociedades es un impuesto personal y directo, a diferencia de otros, y que grava la obtención de renta de los negocios que hayan desarrollado. Se articula sobre la contabilidad de la propia empresa, pero también sobre los resultados empresariales de la sociedad. Los empresarios tienen que pagarlo cada año. Afecta a también a los autónomos que hayan decidido crear una sociedad, habitualmente en formato de sociedades limitadas.
Sobre su cuantía se debe indicar que hay un tipo general que a partir de 2016 se ha reducido hasta el 25%, después de haberse mantenido en el 30% en ejercicios precedentes. De todas formas, hay un tipo reducido al 15% para emprendedores que hayan constituido una empresa en los últimos dos años. El único requisito consistirá en que se ponga de manifiesto el inicio de una actividad económica. Mientras, para microempresas el tipo reducido será del 25%.