El voluntariado supone, entre otras cosas, una oportunidad para acceder a un puesto de trabajo. Es una opción para jóvenes sin experiencia, parados o personas que quieran regresar al mercado laboral después de un periodo de inactividad. En países como Estados Unidos o Francia, se estima que alrededor del 20% de los voluntarios son parados. Aunque en España todavía es un fenómeno minoritario, cada vez son más las personas que se plantean el voluntariado en una ONG como un medio para adquirir experiencia y mejorar el currículum vitae. Colaborar en una institución no gubernamental, en su mayoría sin remuneración o con sueldos más bajos que en una empresa, es beneficioso tanto para el voluntario como para la organización.
Ventajas de ser voluntario en una ONG
Las personas que son o han sido voluntarias en una Organización No Gubernamental destacan la gran satisfacción que sienten cuando realizan esta tarea. Para desarrollarla, se necesita empatía, esfuerzo y sacrificio, pero merece la pena porque, al comprobar los resultados, reciben una gran recompensa desde el punto de vista emocional. Además, ejercer como voluntario implica una serie de ventajas de carácter laboral:
- Primer contacto con el mundo del trabajo. Para muchos jóvenes que no han sabido enfocar su futuro profesional o están recién licenciados y no han tenido ocasión de trabajar, es una buena ocasión para acceder al mundo laboral y adquirir una experiencia que les será muy útil. Colaborar durante seis meses con una ONG es tiempo suficiente para destacarlo en el currículo.
- Oportunidad de adquirir una formación técnica. Pueden empezar a familiarizarse con las exigencias del mundo laboral porque tienen la posibilidad de desempeñar su labor con programas informáticos, en el caso de tareas administrativas, o recursos asistenciales, cuando apoyan a grupos desfavorecidos.
- Mantenerse activo. Es una opción para quienes no son tan jóvenes, se han quedado en el paro o llevan un largo periodo sin trabajar por diferentes motivos. Supone una ocasión para mantenerse en activo, conservar la dinámica de trabajo y potenciar las relaciones sociales inherentes a cualquier profesión.
- Posibilidad de encontrar un trabajo con más facilidad. El hecho de haber colaborado con una ONG permite a los voluntarios adquirir una experiencia laboral interesante, gracias a la profesionalización del sector. Greenpeace, Save the Children, Intermón Oxfam o WWF, entre otras, actúan en decenas de países y requieren de forma habitual, además de profesionales en plantilla, voluntarios en tareas especializadas.
- Permite convertirse en cooperante. Aunque los voluntarios realizan el mayor número de tareas, la profesionalización de las organizaciones favorece que cada vez más actividades estén remuneradas. Es una oportunidad laboral en ascenso. Algunas personas que empezaron como voluntarios, son hoy ejecutivos y responsables de las entidades. La mayoría de los voluntarios recibe formación específica antes de comenzar su colaboración con la ONG, pero además, quienes desean mantener el contacto, se especializan en un ámbito concreto. Esta experiencia resulta útil para trabajar más adelante en agencias de cooperación españolas, internacionales o en fundaciones, si bien a menudo se exigen otros requisitos como el dominio de idiomas (inglés y francés, en especial). En cuanto al sueldo, los cooperantes firman un contrato y cobran salarios similares a los de la empresa pública.
Por qué interesan a las empresas
Las personas que durante algún tiempo han trabajado o colaborado en una organización no gubernamental desarrollan una serie de cualidades que son muy valoradas por las empresas. Las ONG se convierten en un trampolín que facilita el acceso al mercado laboral a trabajadores con sentido de la solidaridad. Éste es un requisito muy apreciado por los responsables del departamento de Recursos Humanos al seleccionar empleados que vayan a trabajar en equipo. La razón estriba en que son personas que participan de manera muy activa en los proyectos comunes y se entregan a su actividad. El sacrificio y el esfuerzo es una de sus principales virtudes.
Los voluntarios desarrollan cualidades muy valoradas por las empresas cuyo personal tenga que trabajar en equipo
La mayoría de los trabajos valoran la habilidad para comprender a otras personas en función de su situación, ya sean compañeros de trabajo, clientes o proveedores. A esta habilidad se denomina empatía, una cualidad vinculada a quienes han colaborado con una ONG. Es fundamental para generar un buen clima laboral y evitar los conflictos en el trabajo. Además, los cooperantes y voluntarios destacan por su capacidad de comunicación.
Profesionales más demandados
Los voluntarios tienen diferentes responsabilidades, que varían según las ONG. Algunas optan por profesionales remunerados y con experiencia, mientras que otras otorgan más libertad de acción a los voluntarios, que trabajan sin cobrar.
Gracias a la diversidad de funciones, son pocas las profesiones que no tienen cabida en una organización. Para las ONG trabajan administrativos, periodistas, abogados, médicos, psicólogos, enfermeras, informáticos… Desde Acción contra el Hambre aseguran tener muchos voluntarios en las oficinas que les ayudan en diversas áreas, así como economistas en el departamento de finanzas y contabilidad; psicólogos y licenciados en Derecho en Recursos Humanos administración u operaciones internacionales; ingenieros en los proyectos técnicos o agrónomos en el área de agricultura y alimentación.
La diversidad de funciones es tal, que son pocas las profesiones que no tienen cabida en una ONG
Entre las profesiones más demandadas por las organizaciones destacan:
- Administración y gestión. Las ONG necesitan ayuda para las tareas relacionadas con la gestión interna y organización en las diferentes sedes: atención telefónica, contabilidad, informática o administración son algunas de las tareas que se pueden desarrollar y que permiten adquirir experiencia. Sin embargo, otras labores, como la contabilidad, se han profesionalizado ya que requieren estudios universitarios y experiencia laboral previa.
- Expertos en captación de fondos. Estos profesionales reciben la denominación de “fundraiser”. Son los encargados de recaudar fondos, que pueden proceder de distintas fuentes: dinero de las administraciones públicas, campañas entre particulares o donaciones de empresas privadas.
- Responsables del área de cooperación. Dirigen los proyectos de la ONG: acuden a una zona en conflicto o auxilian a la población tras una catástrofe natural.
Trabajar en áreas de apoyo social ayuda al voluntario a conocer la red de servicios y recursos públicos y privados
Otras tareas no necesitan formación específica, aunque cada vez más ONG imponen como requisito la asistencia a cursillos previos:
- Comunicación y sensibilización. Es una de las áreas claves de una ONG. Esta labor consiste en informar a la población de los diferentes proyectos e iniciativas de las organizaciones no gubernamentales, algo fundamental para contar con una buena imagen en la sociedad. Son puestos que exigen ganas de trabajar y disponibilidad para participar en las campañas de sensibilización y captación de nuevos socios. Estas tareas permiten desarrollar aptitudes vinculadas al mundo del marketing y de la publicidad.
- Apoyo a los sin techo. Se buscan personas con mucho tacto y sensibilidad, ya que son uno de los grupos más vulnerables. Los voluntarios han de tener una gran dosis de comprensión y paciencia para devolver a estas personas la dignidad y la autoestima perdidas. Esta tarea permite conocer la red de servicios sociales públicos y privados.
- Trabajos con la infancia. Estos voluntarios han de ser personas con un carácter abierto, dinámicas, alegres, con paciencia y capacidad de escucha. A menudo, se convierten en referentes para los pequeños, por lo que la constancia y el compromiso son fundamentales. Estas actividades son muy útiles para aprender técnicas de dinámica de grupos, organización de actividades y creación de talleres prácticos.