¿Qué edad tiene? ¿Está casado? ¿Piensa quedarse embarazada o le gustaría tener hijos? ¿Su salud es buena? Esta información sobre la vida privada del candidato a un puesto de trabajo no es importante para evaluar su capacidad ni su posible rendimiento. Por ello, estas cuestiones no deben hacerse en una entrevista laboral, ya que son ilegales y vulneran el principio de igualdad ante la ley. Sin embargo, en un proceso de selección, es práctica habitual que se requieran estos datos. En este artículo se explica qué 12 preguntas habituales pueden ser ilegales en una entrevista de trabajo y cómo salir airoso de ellas.
¿Existen preguntas que no te pueden hacer en una entrevista de trabajo?
El mero hecho de conseguir una entrevista de trabajo con la actual tasa de paro del 12,6 %, según datos de la Encuesta de Población Activa (junio 2022), ya es todo un logro. Pero este es solo un pequeño paso para llegar a acceder al ansiado empleo.
La entrevista puede torcerse por numerosas razones: llegar tarde, no preparársela bien… pero también porque contenga preguntas personales, cuyas respuestas inclinen la balanza hacia un lado un otro según los intereses de la empresa. Se trata de una práctica ilegal, ya que hay cuestiones que no pueden hacerse, entre otras cosas porque pueden ser discriminatorias.
La propia Constitución española lo establece en su artículo 14: «Los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social».
¿Qué preguntas no deberían hacerse en un proceso de selección de personal para cumplir este artículo? La respuesta es clara: todas las relativas a la edad, ideología o religión, la vida familiar… Y, sin embargo, se hacen.
Cómo responder a estas preguntas ilegales
Entre las preguntas que te harán en una entrevista laboral pueden encontrarse cuestiones que nada tiene que ver con el proceso. Si te interpelan sobre este tipo de cuestiones prohibidas, ¿qué puedes hacer?
- No responder. Tienes todo el derecho a negarte a responder este tipo de cuestiones, y también a tomar las acciones que estimes oportunas contra la empresa que realiza la entrevista. Lo más conveniente es que te niegues de una manera asertiva, pero cortés, explicando que son temas que se circunscriben a tu esfera íntima o privada.
- Decides contestar. Si decides responderlas, ¿cómo hacerlo sin echar a perder la entrevista? Te brindamos 12 preguntas y sus posibles respuestas:
1. ¿Qué edad tiene?
La edad no es relevante para realizar un trabajo. «Ni ser muy joven ni mayor está relacionado con la capacidad para trabajar y rendir», recuerda María Valdez, coach laboral y seleccionadora. Si el puesto en concreto requiere una edad determinada, hay que indicarlo antes y «argumentar muy bien por qué solo esa franja puede optar a un puesto, pues apelar a la edad para escoger o no a una persona para un trabajo es discriminatorio».
Puedes contestar, con una sonrisa, que «la edad es relativa«. Se puede explicar que «ser muy joven puede hacernos impulsivos en exceso y que la madurez da un poso y un equilibrio que pueden ser más adecuados para el puesto», cuenta la experta.
2. ¿Cuál es su situación civil o familiar?
¿Está casado o divorciado? ¿Tiene pareja? En las entrevistas laborales muchas veces, «aunque parezca increíble, se interroga por las relaciones familiares y sociales… ¡e incluso por las inclinaciones sexuales del candidato!», apunta la experta en Recursos Humanos Rosa Rodríguez.
Además de ser discriminatorio, es muy molesto para el candidato, que no debe contestar a ninguna cuestión íntima o que entre dentro de su esfera privada. «Simplemente debe responder que no estima oportuna la pregunta y que forma parte de su intimidad«, señala.
3. ¿Está embarazada, tiene o quiere tener hijos?
Esta pregunta nada tiene que ver con la relación laboral e implica una discriminación hacia las mujeres, pues parece suponer que si se decide tener un niño, la situación en la empresa será difícil. Es una cuestión ilegal y denunciable, a la que es posible negarse a responder, indicando estas dos características.
Si, por el contrario, se contesta, «podemos dar la vuelta y explicar todas las ventajas para una compañía de tener contratada a una persona capaz de conciliar vida laboral y personal; especialmente si ya tenemos hijos y demostramos haber rendido como cualquier otro en nuestra empresa».
4. ¿Estaría cómoda trabajando solo con hombres?
Esta cuestión indica una discriminación de género muy clara y nunca deberían plantearla en una entrevista laboral. Si interrogan con algo similar, sería conveniente decir «¿cuál es la pregunta exactamente?» o «¿qué quiere decir exactamente?» para dar a entender al entrevistador la inconveniencia de lo planteado. «Si insisten en ello, habrá que explicarles que se trata de una pregunta discriminatoria y que, por supuesto, tomará medidas», sostiene Valdez.
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5. ¿Cuál es su nacionalidad?
Cualquier persona tiene derecho a trabajar en España si reside en el país de forma legal. Si preguntan por el origen, la nacionalidad o dónde se ha criado, la empresa puede ser objeto de una demanda por discriminación. Hay que tener en cuenta que hay algunas cuestiones, como ¿cuál es su lengua materna?, que persiguen conocer este dato.
Se debe responder, volviendo la interrogante a favor del candidato: «Gracias a mi condición de extranjero conozco varios idiomas, sé lo que es tener que adaptarse a cambios, etc., cuestiones que serán de provecho para cualquier empresa», dice Rodríguez.
6. ¿Es creyente? ¿Cuál es su religión?
Ser cristiano, judío, musulmán, budista o ateo no influye en el rendimiento laboral. Las creencias religiosas pertenecen al ámbito de la intimidad de la persona, por lo que no se tiene por qué responder a estas preguntas. De hecho, si incomodan en exceso, se puede informar al entrevistador sobre la determinación personal a denunciar esta actitud, que es contraria a la Constitución española y supone discriminación.
7. ¿Cuáles son sus simpatías políticas?
Saber la opinión política es también irrelevante para el trabajo y, además, forma parte de la esfera íntima de cada ciudadano. Nunca se debe responder a esta pregunta, a no ser que se desee. «Y debemos explicar al reclutador que la simpatía política no es significativa para un trabajo, no estamos cómodos respondiendo y, además, puede no ser legal plantear la cuestión«, añade Valdez.
8. ¿Está afiliado a algún sindicato?
Como en la anterior, no tiene por qué responder. Muchas veces, la empresa quiere saber si contrata a «posibles trabajadores conflictivos» o muy reivindicativos. No se deberían formular estas preguntas y, por supuesto, no debes responderlas ya que no interesan para el cargo laboral. Eso sí, lo más conveniente siempre es responder con asertividad y sin carga emocional alguna.
9. ¿Le han multado o arrestado alguna vez?
Nadie tiene derecho a conocer los antecedentes penales ni discriminar a alguien por ello, y menos aún en un proceso de selección, pues vulnera el artículo 4.2 del Estatuto de los Trabajadores. Si plantean una cuestión sobre este tema, se debe decir que se estima innecesario abordar el tema en la entrevista y zanjar así el asunto.
10. ¿Tiene buena salud? ¿Ha necesitado atención psicológica alguna vez?
Una cuestión básica sobre la que no se puede preguntar es la salud (física y mental). Esta no es objeto de interés en una entrevista laboral.
Si existe un problema de salud, se puede explicar si así se desea, pero «aclarando, de buenas maneras, que no encontramos relación entre tener diabetes, por ejemplo, y el puesto de trabajo al que optamos», indica Rodríguez.
11. ¿Cuál es su altura o peso?
Salvo que el puesto requiera condiciones físicas especiales, en una entrevista laboral nunca deben preguntar por las medidas de peso o altura, pues son irrelevantes para desempeñar un trabajo. Discriminar por el físico es ilegal. Si interrogan por estas cuestiones, hay que declinar dar una respuesta.
12. ¿Fuma o ha tenido problemas con el alcohol?
Una empresa puede descartar por razones objetivas a quien estime que no pueda rendir de manera adecuada en el puesto que oferta, pero nunca en la entrevista laboral debe hacer preguntas inapropiadas.
Y así se considera preguntar sobre los hábitos de la persona, pues no tienen relación directa con el trabajo. No se debe responder, y aclarar con educación y firmeza que una entrevista laboral no es el lugar para responder a estas cuestiones.
Casos reales de denuncias
Si consideras que en un proceso de selección han recabado información sobre ti que no tiene relevancia para el puesto, puedes denunciarlo, ya sea ante la Inspección de Trabajo (multará a la empresa e, incluso, te dará una indemnización) o puedes poner una demanda judicial por vulneración de derechos.
El caso más paradigmático de estas denuncias es el que se refleja en una sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Canarias, del año 2014. En ella se condena a una entidad por hacer preguntas personales (que perjudicaron a la candidata) en un proceso de selección.
Entre dos candidatas, tras extraer información sobre su estado en las entrevistas, se seleccionó a la mujer que no tenía pareja ni hijos frente a otra que estaba casada y con dos hijas. Aunque la empresa adujo que no existía discriminación puesto que el puesto fue dado a una mujer, el tribunal señaló que la discriminación «surge por contratar a la persona que no tenía hijos en lugar de la que tiene dos hijos menores, siendo este el único motivo para hacerlo: la maternidad».
En algunos países como Francia o Reino Unido los procesos de selección de candidatos se hacen de manera menos discriminatoria, ya que el currículum no incluye nombre, datos personales ni fotografía.
En España, ha habido iniciativas para acabar con la discriminación y valorar solo la formación y la experiencia laboral, como el ‘Proyecto para el diseño, implantación y valoración de un proyecto de currículum vitae anónimo para la selección de personal’. A él se sumaron 78 compañías, de la importancia de Endesa, Ikea o IBM.