Impartir clase, realizar radiodiagnósticos, clasificar libros, organizar cuadrantes… Las máquinas pueden ya hacer todas estas funciones y muchas más. ¿Cómo nos afecta? ¿Se perderán muchos empleos y habrá una revolución laboral? Según los expertos y como explicamos a continuación, hay sectores donde la progresiva incorporación de la inteligencia artificial se notará más que en otros, pero afectará a todos. Sin embargo, la convivencia con la automatización es posible. ¿Cómo? Es esencial tomar conciencia de la importancia de formarse y reinventarse para adaptarse a los cambios tecnológicos e integrarlos como una inestimable ayuda.
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Inteligencia artificial, ¿una amenaza para tu puesto de trabajo?
La inteligencia artificial ha llegado para quedarse, y avanza a tal velocidad que más pronto que tarde supondrá cambios en el ámbito laboral, aunque no por igual en todos los sectores. Sin embargo, hoy en día en España solo el 5 % de los trabajadores teme que la inteligencia artificial le haga perder su empleo. Así lo indica el informe ‘Los trabajadores españoles ante la automatización‘, elaborado por la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), el sindicato UGT, Randstad y el observatorio Future for Work Institute.
Quienes más se preocupan por el riesgo de perder su empleo o porque su futuro laboral se vea perjudicado por causa de la automatización son los trabajadores que realizan las tareas menos complejas, y los que menos amenazados se sienten son las personas con mayor nivel de estudios y las que llevan más tiempo en la empresa.
¿Se ajustan a la realidad estas percepciones? «No», responde tajante Eva Rimbau, profesora de Estudios de Economía y Empresa de la UOC. La experta e investigadora en recursos humanos señala que la automatización (digitalización, inteligencia artificial, robótica…) «afecta a todo tipo de puestos de trabajo». ¿Por qué, entonces, la discrepancia entre la preocupación de los trabajadores y el porcentaje de empleos que se prevé puedan ser eliminados? Santiago García, de Future for Work Institute, estima que «los trabajadores españoles no son del todo conscientes del alcance y velocidad con que se están produciendo esos cambios». Además, «es propia del ser humano la falta de capacidad para trasladar los peligros a su caso propio: todos sabemos que fumar mata o provoca serias enfermedades, por ejemplo, pero nunca pensamos en que nos toque a nosotros», añade la profesora.
Los trabajos más afectados por la automatización
Los profesionales más preocupados, según el informe citado, son los empleados en las áreas de administración, contabilidad, logística… Los que se preocupan menos, en general, son los que desarrollan trabajos más complejos, con un elevado componente humano o creativo. Sin embargo, todos los empleos tienen un riesgo.
¿Quién puede temer más por su trabajo: un radiólogo o un limpiador de hotel? No siempre el trabajo más cualificado es más seguro… Y es que cuanto más predecible sea la actividad, más sencillo es sustituir al trabajador. Porque, en general, «no es el puesto de trabajo sino algunas actividades las que se automatizan», señala la profesora. En este caso concreto, «hay inteligencia artificial capaz de encontrar un tumor al observar una placa; en cambio, al limpiar una habitación, el entorno no es predecible: un día habrá un cojín tirado y otros no, etc.», explica Rimbau.
La sustitución o no de un trabajador también se puede leer en clave económica, según el coste que suponga para la empresa prescindir de él. Las máquinas son caras, y si quien realiza el trabajo (aunque se pueda automatizar) es mano de obra barata, no compensa. Por estas razones, todos los puestos pueden verse afectados, y no en un futuro lejano, «porque la automatización ya está aquí».
¿Sobrevivirá mi empleo a las máquinas? La clave está en reinventarse
«Sobrevive quien mejor se adapta a los cambios». ¿Esta máxima de la evolución se puede aplicar a los cambios tecnológicos? Por supuesto. Se producen a un ritmo cada vez más acelerado, lo que implica una necesidad continua de adaptación e, incluso, reinvención. Y debemos ponerlas en práctica todos, sea cual sea nuestro empleo, aunque «las personas que realizan trabajos poco complejos, que tienden menos a actualizar sus conocimientos, deben prestar especial atención a este punto», explica Eva Rimbau.
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La profesora anima a todo tipo de trabajador a hacerlo, sea cual sea su formación. «Todos podemos seguir aprendiendo a lo largo de nuestra vida. Y hay numerosos cursos de calidad y muy asequibles, que muchos trabajadores desconocen: MOOC (cursos online masivos y abiertos), formación brindada por las administraciones, por las empresas y centros de trabajo… Lo importante es la actitud», insiste.
La llegada de la automatización destruirá empleos, sí. “Pero también aparecerán nuevos, algunos incluso que aún no podemos ni imaginar”, explica la investigadora Eva Rimbau. Todo cambio es una oportunidad, y esta revolución tecnológica también lo será, aunque las transiciones son etapas difíciles.
Por ello, para intentar que la transición hacia la automatización se deje en el camino al menor número de personas posible, la experta incide en “la importancia de la formación y la búsqueda de ese plus humano que todos podamos aportar a nuestro trabajo”.