Con una tasa de paro cercana al 25%, que se eleva por encima del 52% entre los jóvenes, la movilidad geográfica supone una indispensable alternativa en la búsqueda de empleo. El tradicional inmovilismo laboral del país, consecuencia del arraigo familiar, la vivienda en propiedad o la hipoteca, está dando paso, a raíz del recrudecimiento de la crisis, la falta de oportunidades y perspectivas de futuro, a una mayor predisposición a viajar en busca de trabajo. Y eso que no siempre es fácil disponer de medios para hacerlo. Pero antes de emprender la búsqueda en el exterior, como se apunta en el siguiente artículo, conviene sopesar la correcta elección del lugar de destino, el tipo de profesionales que se demanda y la adecuación personal y profesional a ese perfil.
1. Movilidad geográfica, nacional e internacional
Movilidad nacional: desplazarse a otra localidad dentro de España para trabajar supone ampliar las posibilidades de encontrar un empleo, por escasas que sean. Las diferencias en la tasa de paro entre localidades y ciudades españolas son notables, por lo que conviene ampliar el área de búsqueda cuanto sea posible. La mayor dificultad estriba en cambiar de residencia habitual, de manera especial si se cuenta con una hipoteca.
Entre los desempleados, un reciente informe de la consultora Randstad, especializada en la búsqueda de empleo, muestra que en torno al 71% está dispuesto a cambiar de ciudad para encontrar un trabajo o mejorar sus condiciones laborales, lo que implica un incremento del 3% respecto al año anterior.
Trabajar en el extranjero: el incremento de españoles que se deciden a buscar un empleo en el exterior aumenta cada año. En el primer semestre del año, 40.625 españoles han salido rumbo al extranjero, un 44,2% más que en el mismo periodo de 2011, según estimaciones del Instituto Nacional de Estadística (INE).
Las salidas son más habituales entre los jóvenes, al tener menos vínculos y ataduras familiares o económicas. Pero el perfil es variado, desde aquellos que buscan solo un trabajo remunerado, hasta los que se ven obligados a realizar empleos por debajo de su formación. También están los que persiguen una mejora laboral, ampliar su formación, incrementar su nivel de idiomas o completar su currículum.
En cualquiera de estos casos conviene, antes de emprender la aventura en el extranjero, considerar si la elección del lugar de destino es la que mejor se adecúa al perfil profesional y personal, si se cuenta con los medios, las aptitudes y capacidades demandadas.
Movilidad entre ocupados: para los que cuentan con empleo, la movilidad geográfica supone una modificación del contrato de trabajo consistente en el cambio del lugar en el que desempeñar las funciones de trabajo pactadas. El Estatuto de los Trabajadores y la legislación sobre traslados colectivos distinguen dos tipos de movilidad:
- Traslado: supone el cambio a un centro de trabajo de la misma empresa que exija el cambio de residencia.
- Desplazamientos: son temporales (un máximo de 12 meses en tres años) y no precisan un cambio de domicilio.
2. Requisitos y trabas
Unión Europea: para trabajar dentro de las fronteras de la UE no es necesario ningún visado, gracias al derecho a la libre circulación de personas. Los titulados universitarios pueden solicitar el reconocimiento de su título al ministerio de educación del país de destino.
Fuera de los países comunitarios: se exige el visado y cada país tiene sus propios trámites. China y EE. UU., por ejemplo, están denegando muchos visados de trabajo. Es necesaria una oferta de empleo firme para solicitarlo, una gestión de la que se encarga la empresa empleadora.
3. Los profesionales más demandados
Los sectores profesionales que más empleo demandan, según las consultoras Adecco y Randstad, son los siguientes:
Informática y nuevas tecnologías: las relacionadas con Internet; community manager o chief social media officer en redes sociales; empleos verdes; expertos en marketing virtual; en usabilidad o posicionamiento en buscadores; desarrolladores; y programadores.
Ingenieros: de telecomunicaciones, de producción y producto, director de ingeniería, director industrial e ingenieros técnicos y mecánicos.
Sector servicios: personal de ventas, call centers (atención telefónica), seguridad, servicios asistenciales, puestos informáticos, turismo, hostelería y restauración.
Sector de la salud y el bienestar: médicos, enfermeros, biólogos, químicos, delegados de ventas, visitadores médicos, delegados hospitalarios, técnicos de control e I+D.
Energías renovables, asesores en cambio climático, instaladores de placas solares.
Ámbito científico: biotecnología y laboratorios.
4. Destinos con mayores posibilidades
La decisión del país de destino es básica, por ello ha de meditarse y estudiarse en profundidad. Recurrir a portales de Internet especializados facilita la búsqueda en el extranjero, como la bolsa de empleo europea EURES, Infojobs, Monster, JobLine o Laboris. Asimismo, se puede intentar encontrar trabajo en las empresas españolas en el extranjero o, a través de ellas, mediante becas remuneradas.
Los países que ofrecen mayores oportunidades de empleo según diversos estudios son:
- Europa: Reino Unido, Francia, Austria, Suiza, Luxemburgo y países nórdicos.
Países emergentes:
Brasil, China, India y Rusia.América:
Canadá, EE. UU. y Perú.
La compañía Manpower realizó el pasado año una encuesta entre profesionales de recursos humanos que cubría todo tipo de ofertas de empleo, desde trabajos de baja remuneración hasta propuestas para profesionales altamente calificados. Según el estudio, los países que ofrecían mejores expectativas de empleo para 2011, eran: India, China, Taiwán, Brasil, Turquía, Singapur, Perú, Hong Kong, Australia, Costa Rica y Argentina.
Una de las opciones más habituales en el momento de pasar a engrosar las listas del paro era la de salir a otro país extranjero mientras se percibía la prestación por desempleo. Muchos españoles, sobre todo jóvenes, aprovechaban para mejorar su nivel de idiomas, buscando ampliar sus expectativas laborales.
Sin embargo, esta práctica, según el régimen de sanciones de las prestaciones y subsidios de desempleo, está limitada por la restricción de salida a cualquier país extranjero a un máximo de 15 días de las personas que cobran el paro. Además, deben avisar por escrito al Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) de cualquier desplazamiento, para continuar cobrando esas prestaciones o subsidios.
Ante esta situación, el INEM SEPE ha intensificado el control a través de cruces con las bases de datos de la policía y control de pasaportes en la renovación del paro para detectar desempleados que abandonan el país sin autorización. La sanción puede suponer desde un mes sin cobrar la prestación a la pérdida total de la ayuda y la obligación de devolver lo cobrado.
Como excepción, el trabajador puede solicitar la suspensión de su prestación siempre que el viaje se realice por motivos de búsqueda o realización de un trabajo, perfeccionamiento profesional o cooperación internacional, en un periodo inferior a un año. Podrá volver a retomar esta ayuda cuando regrese. O bien, exportar su prestación de desempleo a otro país europeo, tras solicitarlo en la subdelegación de trabajo correspondiente.