La importancia de ser previsor
Convertirse en trabajador independiente supone, entre otras cosas, asumir varias responsabilidades y adentrarse en los entresijos de la legislación laboral. Las tareas que en una empresa suelen dividirse en distintos departamentos (gerencia, marketing, recursos humanos, contabilidad…) recaen en una única persona, que debe estar atenta no sólo a su trabajo, sino a la promoción de su negocio, la emisión de las facturas, el calendario de actividades y las aportaciones a la Seguridad Social.
Pero ser trabajador autónomo implica, además, ser previsor, ya que cualquier contratiempo puede ocasionar problemas muy serios. Tanto si se deterioran las herramientas de trabajo, como si se produce un problema de salud o un accidente laboral, el trabajador puede verse impedido para continuar en activo con normalidad. Al contrario de lo que ocurre con los empleados por cuena ajena de cualquier empresa, los trabajadores autónomos quedan más expuestos a gastos que, en principio, deben hacer frente ellos mismos. Por ello no resulta extraño que recurran cada vez con mayor frecuencia a la contratación de seguros diseñados para atender sus necesidades específicas, especialmente a los de baja laboral, aunque también empiezan a cobrar protagonismo las pólizas de salud privadas.
Según el resumen de últimos datos , del Ministerio de Trabajo en España, hay 3.515.000 trabajadores por cuenta propia afiliados a la Seguridad Social. Es decir que por cada seis personas en activo una está inscrita en el régimen de autónomos. La cuota mínima obligatoria que estos profesionales deben aportar a la Seguridad Social es de 238,79 euros al mes. En este supuesto, y en caso de baja laboral, las prestaciones que perciben no llegan a los 460 euros en el primer mes, y son inferiores a los 365 euros durante los meses siguientes. Las cantidades, sin duda, resultan insuficientes para hacer frente a los gastos diarios, sin contar con aquellos derivados de la propia enfermedad. De ahí la importancia y el auge de los seguros para trabajadores autónomos, diseñados para atender sus necesidades específicas. El abanico de ofertas es amplio y variado, pues las demandas son distintas en función de las edades, las profesiones y los sectores de actividad, aunque hay algunos productos que despuntan como “planes estrella”. El más solicitado es, por goleada, el seguro de baja laboral.
Para los autónomos, dejar de trabajar supone dejar de ganar dinero y seguir pagando la cuota de autónomos además del resto de gastos propios de la labor profesional que desarrollan (alquiler de locales, recibos de agua, luz, teléfono, e incluso, nóminas), y aun con las modificaciones que se han introducido en el sistema de Seguridad Social, que permite recibir prestaciones a partir del cuarto día de inactividad, el dinero que se percibe resulta insuficiente. Contar con un seguro de baja laboral, por tanto, ayuda a cubrir el tiempo que el negocio está “parado” y, poder “salvar el mes”.
Oferta insuficiente
La última Encuesta de Población Activa (EPA) realizada por el Instituto Nacional de Estadística revela que el 5% de los trabajadores ha sufrido un accidente laboral en el transcurso del último año, y que casi dos de cada diez personas en activo han padecido alguna enfermedad en ese mismo período. A su vez, el Ministerio de Trabajo señala que en los primeros cuatro meses de 2008 se han registrado 306.954 accidentes laborales con baja. De ellos, la gran mayoría fueron leves, aunque se contabilizaron casi 2.650 siniestros graves y 293 mortales. Las cifras no distinguen entre asalariados y autónomos, pero sí dan qué pensar, sobre todo, a estos últimos. Justamente por ello, la contratación de seguros por incapacidad y seguros de vida se perfila como otra gran vertiente. De hecho, y como indica la memoria anual de la Unión Española de Entidades Aseguradoras (UNESPA), los trabajadores por cuenta propia suman el 11,3% de los seguros de salud que se contratan en toda España.
Planes de pensiones, seguros de vehículos y pólizas multirriesgo completan la lista de los productos más contratados
Los planes de pensiones y jubilación complementaria, junto con los seguros de vehículos completan la lista de productos más solicitados. Eso, sin olvidar la contratación de seguros multirriesgo para comercios. En este apartado, desde UNESPA señalan que los comercios más asegurados son los bares y restaurantes, seguidos por las tiendas de comestibles y las de ropa. (Los bares y restaurantes reúnen la mitad de las pólizas de comercio y llegan al 60% de los siniestros). Asimismo, un producto en alza es la póliza de salud privada, un seguro que registra un volumen importante de contratos.
Pero aunque la oferta de seguros es muy amplia, no lo es tanto la de las pólizas diseñadas específicamente para los trabajadores por cuenta propia. Así lo entienden, al menos, en la Federación Nacional de Trabajadores Autónomos que, por esa misma razón, ha abierto una correduría de seguros en la que se intenta negociar los mejores productos del mercado para cubrir las necesidades de estos profesionales. Unas necesidades que, como destaca el director de la división, José Pablo Montes, varían mucho según el sector de actividad en el que se trabaje. Así -según indica como ejemplo- los autónomos profesionales necesitan pólizas de responsabilidad civil, ya que un error puede provocar siniestros muy costosos y graves. Sin embargo, en estos casos de riesgo elevado, las compañías de seguros españolas -denuncia- “suelen quitarse del medio” y, en todo caso, ofrecen pólizas de empresas extranjeras.
“El seguro en nuestro país es ‘sota, caballo y rey’ “, asegura Montes, quien constata que el perfil de los trabajadores autónomos es diverso y que, por tanto, demanda más flexibilidad. “Un abogado y un electricista no son iguales. Y no se puede medir ambas actividades con el mismo rasero”, advierte. Tampoco es justo, en su opinión, que se cobren las mismas primas a dos autónomos del mismo sector pero con diferentes volúmenes de mercadería e ingresos.
Los productos específicos
Los seguros para trabajadores autónomos ofrecen prestaciones diferentes según la entidad bancaria o aseguradora con la que se contraten. No se puede hablar de un único plan ni un único precio, pero sí hay algunas cuestiones comunes a tener en cuenta, ya que no todos los trabajadores por cuenta propia son asegurables. En términos generales:
La edad mínima para contratar una póliza suele rondar los 16 ó 18 años, y la máxima, los 60.
Quienes no tengan una remuneración oficial o residan fuera de España no podrán asegurarse, igual que las mujeres embarazadas en muchos casos.
Realizar deportes de alto riesgo, trabajar en actividades peligrosas, padecer enfermedades o sufrir sobrepeso son motivos suficientes para que la entidad aseguradora cobre un “plus” o sobreprima a la cuota habitual.
Teniendo en cuenta estas salvedades, los trabajadores autónomos que deseen contratar un seguro pueden escoger el de la entidad financiera que mejor se adapte a sus necesidades concretas, aunque la oferta aún es escasa:
Bankinter: Ofrece el “Seguro por Incapacidad Temporal Total”, que permite a su titular mantener sus ingresos durante el tiempo que permanezca imposibilitado para realizar su actividad profesional. Con este seguro anual renovable, es el titular quien decide la renta diaria que desea percibir, y si quiere o no franquicia. Atendiendo a su edad, se establecerá la prima, que podrá pagarse anualmente o de forma fraccionada. Además, quien contrate este seguro podrá beneficiarse de dos garantías, la de incapacidad temporal total y la de hospitalización por cualquier causa.
Caja de Ahorros de la Inmaculada: ofrece el denominado “Segur CAI Baja Laboral”, una póliza que proporciona ingresos diarios por incapacidad temporal. La entidad aragonesa contempla que la incapacidad temporal puede producirse como consecuencia de accidente o enfermedad. Como novedad, en la cobertura incluye el parto, aunque no sea una enfermedad. Además de las bajas por enfermedad, incluye la cobertura de accidentes producidos tanto en el desarrollo de la actividad profesional como en actividades de la vida privada. No incluye el pago de una sobreprima por conducción de ciclomotor o motocicleta, ni por practicar como aficionado el esquí, que en otras compañías sí se aplica.
Caja Madrid: tiene a disposición de sus clientes el “Seguro de Baja Laboral”, que permite compensar, desde el primer día, los ingresos que dejaría de percibir el trabajador durante el período que permanezca de baja, siempre que ésta supere los tres días consecutivos. Las primas son muy reducidas, con independencia de la edad de contratación, y contempla la posibilidad de fraccionamiento de pago sin recargo alguno. Para los autónomos en régimen de estimación, de forma adicional al “Seguro de Baja Laboral”se ofrece la póliza de enfermedad Caja Salud Familiar o Caja Salud Oro.
Caja de Ahorros del Mediterráneo: ofrece una póliza de vida especialmente diseñada para los autónomos que garantiza el pago a los beneficiarios de los capitales asegurados por el titular. Entre las garantías que ofrece destacan el fallecimiento natural, fallecimiento por accidente, e invalidez absoluta y permanente por cualquier causa. Para que los menores de 45 años puedan contratar seguros superiores a 200.000 euros, y de 150.000 euros a partir de 46 años, se deberá pasar un reconocimiento médico totalmente gratuito.
Al margen de bancos y cajas de ahorro, algunas compañías aseguradoras también comercializan estos productos:
Mapfre cuenta con un plan integral para trabajadores autónomos que trabajen por cuenta propia, con el que compensar los ingresos que se dejan de percibir en caso de baja laboral. También puede contratarse para asegurar las bajas por accidente o enfermedad de los empleados, con el fin de aminorar gastos, percibiendo el autónomo una indemnización durante el tiempo que permanezcan sin trabajar. Además, con el “Plan Integral Autónomos”, se puede disfrutar de la contratación opcional de cobertura médica, así como de la garantía de “Hospitalización por cualquier causa”. Incluyen una indemnización diaria de 24,17 euros que puede ampliarse a 48,35 euros, desde el primer día. Además, el titular de la póliza recibirá una indemnización complementaria, si la baja se produce como consecuencia de accidente y su duración es superior a 30 días.
Otra propuesta se presenta bajo el formato del seguro “365 Autónomos”, que se distingue por ofrecer dos pólizas en una. Por un lado, la de accidentes, con una indemnización inicial más una renta mensual durante 10 años en caso de fallecimiento o incapacidad total. Y por otro, una póliza de enfermedad, con gastos sanitarios ilimitados. En los casos de incapacidad profesional absoluta se pagará una indemnización inicial de 45.000 euros y una renta mensual de 600 ó 1.200 euros durante diez años; en los casos de invalidez permanente la indemnización será de 30.000 euros.
SegurClick ofrece un seguro de accidentes para autónomos que en realidad son dos en uno: el de accidentes y el de enfermedad. Contempla una cobertura por incapacidad profesional absoluta, para cualquier actividad profesional, de 45.000 euros más una renta mensual de 10 años, con un 5% de revalorización anual, hasta alcanzar los 30.000 euros.
Lagun Aro propone a los autónomos un seguro de accidente que cubre el fallecimiento por esta causa, la invalidez permanente y temporal, o la incapacidad total o absoluta. En este caso, es el propio titular quien puede elegir el importe del capital.