La universidad abre nuevas vías de ingreso para los adultos interesados en cursar sus enseñanzas. Desde el pasado curso, los mayores de 40 años pueden acceder a las titulaciones universitarias mediante la acreditación de su experiencia laboral. Para ingresar en los estudios superiores por esta modalidad, es necesario superar una fase de valoración de méritos para verificar la afinidad entre el ámbito y la actividad profesional realizada, con el título específico que se solicita. También se requiere una fase de entrevista personal para evaluar la competencia e idoneidad del candidato para cursar estudios universitarios.
Una vía alternativa
Hasta el pasado curso, los adultos que deseaban ingresar en la universidad y no contaban con alguno de los títulos académicos que da acceso a estos estudios debían superar la denominada prueba de acceso para mayores de 25 años, un examen similar a selectividad, en el que los candidatos deben demostrar sus habilidades y aptitudes para cursar estudios universitarios y sus capacidades y conocimientos en diferentes áreas vinculadas a la rama de enseñanza a la que aspiran.
La prueba de acceso para mayores de 25 años ya no es la única vía de acceso universitario para los adultos
Sin embargo, en la actualidad, los candidatos que hayan cumplido 40 años y cuenten con determinada experiencia profesional pueden iniciar sus estudios universitarios sin necesidad de realizar esta prueba. Todas las universidades de nuestro país han adaptado su normativa de acceso a las directrices marcadas por el Real Decreto 1892/2008, de modo que permiten a los aspirantes con estas características ingresar en las enseñanzas superiores mediante la acreditación de su trabajo profesional.
Evaluación de la experiencia
Pueden acceder a la universidad por esta modalidad los candidatos sin titulación académica que hayan cumplido 40 años antes del 1 de octubre del año de inicio de los estudios y que puedan acreditar una experiencia profesional previa. La finalidad de esta vía de acceso es facilitar la actualización y readaptación de los profesionales, al permitir que su capacitación profesional sirva de prueba para demostrar su competencia y aptitud para acceder a unos determinados estudios universitarios.
Cada universidad marca su propia normativa para evaluar al candidato
Para evaluar la idoneidad del candidato, cada universidad marca su propia normativa interna en la convocatoria anual para las pruebas. Como la solicitud se debe hacer para una titulación determinada en un centro específico, es aconsejable que el aspirante consulte de forma previa la norma establecida por la institución de educación superior. En general, la prueba consta de dos fases:
Los candidatos que no cumplan los requisitos exigidos para acceder a los estudios superiores universitarios por medio de la acreditación laboral pueden esperar cinco años y optar por la prueba de acceso a la universidad para mayores de 45 años. Esta prueba, en vigor desde hace dos cursos, la convocan una vez al año las diferentes universidades y los aspirantes deben solicitarla en el mismo centro donde desean iniciar sus estudios, que reservan un número de plazas no inferior al 2% del total para este perfil de estudiantes.
La finalidad de la prueba es valorar la madurez e idoneidad del futuro estudiante para cursar con éxito la carrera universitaria. Para ello, debe realizar una prueba escrita, similar o igual a la reconocida en la prueba para mayores de 25 años, que incluye un ejercicio de comentario de texto o desarrollo de un tema de actualidad y otro de lengua castellana. Si supera esta evaluación, el candidato pasará luego una entrevista personal, donde se determinará si es apto o no apto para iniciar los estudios.