Medicina y literatura. Ciencias y letras. Realidad y ficción. Son actividades en apariencia contrapuestas, pero que se aúnan en el día a día de Bárbara G. Rivero. Durante su jornada, compatibiliza su actividad profesional como médico de urgencias en un hospital, con la escritura del tercer título de ‘Laila Winter’ (Ediciones Toro Mítico), una saga de género fantástico, con hadas al desuso -sin varita ni traje de organza-, que se perfila como un nuevo éxito literario entre los lectores adolescentes. Las nuevas tecnologías han colaborado en la difusión de su obra, habitual en los foros y blogs más destacados de literatura fantástica. Sin embargo, como apunta la autora, «el tiempo es el verdadero juez y ejecutor de un libro, no Internet».
Atrae todo lo que nos haga soñar y viajar con la imaginación. Quizá sea más fácil encontrar mundos diferentes en la literatura fantástica y, por este motivo, ocupan los primeros puestos dentro de los gustos juveniles. Pero si un buen libro, de ficción o no, es capaz de hacernos volar, ha cumplido su misión con creces.
“Después de leer estas obras, muchos jóvenes le dan una oportunidad a otros libros”
Después de leer estas obras, muchos jóvenes sienten curiosidad por una nueva saga y dan una oportunidad a otros libros. Tal vez en un porcentaje inferior al que nos gustaría, pero si una publicación despierta ese interés, aunque sea pequeño, ya es mucho mejor que nada.
No hay que considerarlo como una evasión del ámbito real, sino como el deseo de expandir la imaginación, que antes estaba cerrada y limitada. Hay que tener en cuenta que, a menudo, la realidad supera a la ficción.
“Hay autores de literatura fantástica de altísimo nivel. No es un género sencillo”
Hoy en día, ya no. Algunos autores de literatura fantástica son de un altísimo nivel. No es un género sencillo. Refleja de un modo tan profundo y enrevesado el comportamiento humano, que en la mayoría de las ocasiones son verdaderas obras de arte antropológicas, sin nada que envidiar a un libro realista e incluso mejores.
Es complicado cuando el mundo que creas empieza a crecer y se añaden nuevos reinos, nuevos personajes y nuevas situaciones que enriquecen el original, pero que merecen un sitio de honor en la historia porque, además, añaden veracidad. Es entonces cuando un escritor se da cuenta de que un solo libro no puede abarcarlo todo.
“El límite es respetar ciertas reglas inherentes a cualquier ser vivo, sea fantástico o no”
Es posible que haya un límite: respetar ciertas reglas inherentes a cualquier ser vivo, sea fantástico o no. Puedo inventarme un hada jorobada, de pelo azul, alas en los pies y cuatro ojos, pero ese ser vivo tiene que comer, descansar, respirar, tiene que tener una forma de moverse y participar de modo social en la historia porque si no, es tan sólo un garabato, un sinsentido. Esa regla de “lógica”, la coherencia creíble, es la que hay que respetar.
Me lo he imaginado y me gustaría ver los rostros de mis personajes, pero por ahora es desear mucho.
Hay que persistir en la idea original sin dejarse influir por las presiones, aunque el libro no se entienda o interprete bien en un principio. Al final, el tiempo será el verdadero juez.
“En la propia literatura juvenil hay muchos estilos y muchos gustos distintos”
En la propia literatura juvenil hay muchos estilos y muchos gustos distintos. Las claves son diferentes para cada uno de esos estilos y muchas veces, contradictorias. Los detractores de ‘Crepúsculo’ dirían que la clave ha sido estrictamente el marketing comercial, y sus más acérrimos fans defenderían que es una bella historia de amor entre seres de dos mundos incompatibles. ¿Cuál es la verdad de las claves?
Me gusta el lector que se siente joven para leer cualquier texto que le apetezca, y así somos todos.
Cada uno tiene sus gustos y sus peculiaridades, pero ambos son exigentes en la calidad y a todos nos gustan las cosas bien hechas. Quizás el público adulto tienda más hacia el realismo o la literatura costumbrista, que necesita de unos datos y una documentación histórica importante. En la literatura fantástica también ocurre así, pero de otro modo: esa documentación “no histórica” hay que crearla desde la nada, con tintes de veracidad para que sea creíble. Ambas conllevan mucho trabajo y son difíciles.
“Me ha gustado leer la opinión de los lectores sobre Laila Winter”
Se han abierto nuevas puertas que facilitan la comunicación entre autor y lector. En mi caso, me ha gustado leer la opinión de los lectores sobre Laila Winter. Pero insisto, el tiempo es el verdadero juez y ejecutor de un libro, no Internet. El éxito de un libro no reside en las ventas, sino en su persistencia en la memoria del lector.
Si un autor quiere expresar la totalidad de su idea, no debería dejarse influir por estas opiniones.
Desde el punto de vista físico, del trabajo por los demás y del sentirse útil, la medicina. Desde el punto de vista de la pura satisfacción, la literatura.
Creo que no podría dejar por completo la medicina, aunque fuese sólo para escribir de ella o de misteriosos crímenes en hospitales llenos de intrigas.
El Barómetro de Hábitos de Lectura y Compra de Libros del tercer trimestre de 2009, publicado por la Federación de Gremios de editores de España, sitúa la trilogía ‘Millenium’ de Stieg Larsson entre los libros más leídos en España por los lectores mayores de 14 años.
Entre la producción editorial de género infantil y juvenil, los títulos de ‘Crepúsculo’ -la tetralogía de la estadounidense Stephenie Meyer- se colocan entre los cinco primeros puestos, junto a la ya asentada saga ‘Harry Potter’ de JK Rowling. Tal es el éxito de estas autoras, que ambas ocupan el segundo y el noveno lugar, respectivamente, de los autores más leídos en nuestro país.