Científicos estadounidenses y europeos han señalado que el cometa «Tempel 1», que el pasado 4 de julio recibió el impacto de un proyectil lanzado desde la sonda «Deep Impact», es sólo una enorme bola de nieve que vaga por el espacio.
Según ha indicado Michael A’Hearn, especialista de la Universidad de Maryland, la estructura del cometa está formada por pequeños gránulos de hielo.
La sonda «Deep Impact» partió hacia el cometa en enero de 2005 y 172 días después disparó un proyectil provisto de cámaras fotográficas e instrumentos, el cual hizo impacto en el corazón de ese objeto cósmico, que gira en órbita elíptica en torno al sol.
La colisión fue observada desde cerca por los instrumentos de «Deep Impact», por más de 70 telescopios en la Tierra, así como por los observatorios espaciales de la Agencia Aeroespacial (NASA) y la sonda «Rosetta», de la Agencia Espacial Europea (ESA). Se trata de uno de los experimentos científicos más precisos hechos hasta ahora.
El primer estudio directo de la estructura de un cometa fue motivado principalmente por el hecho de que se cree que esos cuerpos cósmicos llevan consigo materiales primigenios de la creación del sistema solar.
El análisis del material lanzado por el impacto mostró una gran cantidad de moléculas de carbón, según los científicos. Esto sugeriría que otros cometas, como el «Tempel», contienen una cantidad sustancial de material orgánico y que éste, posiblemente, llegó a la Tierra cuando el impacto de asteroides y meteoritos era algo común.