Un equipo de científicos japoneses del Instituto de Ciencias de la Vida ha conseguido crear in vitro células espermáticas manipulando células madre embrionarias. El experimento, realizado con roedores, supone un importante avance para los tratamientos de fertilidad, ya que tendrá importantes implicaciones en métodos de transferencia nuclear y manipulación de espermatozoides, según publica el último número de «Proceedings», la revista de la Academia de Ciencias de Estados Unidos.
Los científicos, dirigidos por Toshiaki Noce, utilizaron una proteína conocida con las siglas «Mvh», como un marcador para diferenciar las células madre en células germinales. A continuación incubaron células madre con otras que producían una proteína, conocida por los científicos por su papel estimulador en la formación de células germinales durante el desarrollo embrionario. Transcurridas 24 horas, el equipo de Toshiaki Noce comprobó que algunas de las células madre se habían diferenciado en células germinales. Cuando fueron implantadas en los testículos de los roedores maduraron en esperma.
Este importante paso se produce cuatro meses después de que otro grupo de científicos estadounidenses lograra óvulos a partir de células madre embrionarias. Es la segunda vez que se consigue crear, en laboratorio, células sexuales a partir de células madre extraídas de embriones.
En el experimento protagonizado por el profesor Hans Schöler, de la Universidad de Pennsylvania, las células madre embrionarias de ratón se transformaron de forma espontánea en óvulos, sin que fuera necesario utilizar factores de trascripción o de crecimiento. Hasta ese momento, los científicos creían que no era factible que las células madre, una vez extraídas del organismo de un mamífero, pudieran originar espermatozoides u óvulos.
El trabajo de Schöler demostró que, al cabo de 16 días, algunos de los ovocitos entraron en fase de división, produciendo proteínas que generalmente generan esas células sexuales en su división. Además, a los 40 días de iniciarse el experimento, los científicos estadounidenses comprobaron que habían aparecido estructuras similares a los folículos que rodean los óvulos. Transcurridos tres días más, formaron un embrión de 16 células sin necesidad de que fuera fecundado con espermatozoides.
Controversia
Estos experimentos suscitan una fuerte controversia en la comunidad científica, y aunque todavía no se han producido reacciones al trabajo de los investigadores japoneses, cabe recordar que el estudio de Schöler originó una serie de cautelas por parte de otros investigadores, que llevaron a afirmar que los ovocitos que se habían obtenido en laboratorio podrían no ser exactamente iguales a los naturales, ya que estos necesitan de una complicada relación con el resto de las células circundantes para que tengan un desarrollo adecuado.
Otros científicos, como Azim Surani, del Instituto Wellcome Trust, concluyeron que el equipo de Schöler tiene que demostrar que los ovocitos obtenidos de células madre pueden ser fertilizados y conseguir un embrión viable. Esto no se ha producido aún, aunque hay que tener en cuenta que ha transcurrido poco tiempo desde que el investigador publicó los resultados de su trabajo en la revista «Science».