Un equipo de científicos suizos cree haber localizado la parte del cerebro en la que nacen los sueños de los humanos, según informó la cadena británica BBC. Los investigadores del Hospital Universitario de Zúrich (Suiza) hicieron el descubrimiento cuando trataban a una mujer que había dejado de soñar después de un derrame que le había afectado un área profunda de la parte posterior del cerebro. Los científicos sugieren en la publicación Anales de Neurología que este área controla los sueños y su hallazgo ofrece un nuevo ángulo para investigarlos.
La paciente, de 73 años, perdió varias funciones cerebrales, la mayoría vinculadas a la visión, cuando sufrió el derrame. Pocos días más tarde recuperó casi todas pero después dejó de soñar, algo que hacía a menudo antes. La pérdida de la capacidad de soñar -junto con molestias visuales- que sucede al daño de una sección específica del cerebro, recibe el nombre de síndrome de Charcot-Wilbrand, en honor de los dos eminentes neurólogos que lo describieron por primera vez en la década de 1880.
Los expertos suizos decidieron seguir investigando a la paciente para tratar de descubrir qué parte del cerebro tienen afectada las personas que sufren este síndrome. Revisando las ondas cerebrales de la mujer mientras dormía durante seis semanas, notaron que su sueño no se veía perturbado, ya que seguía teniendo sueño REM (Rapid Eye Movement, movimiento rápido del ojo), como es normal.
Sistemas distintos
El dato es significativo porque el soñar y el sueño REM suceden juntos, aunque algunas investigaciones apuntan a que dos sistemas cerebrales diferentes están detrás de cada uno, algo que ha confirmado su hallazgo, según los científicos suizos.
Otros estudios han demostrado que parte de la misma región posterior profunda del cerebro está involucrada en el proceso visual de rostros y lugares físicos importantes, así como en el procesamiento de emociones y memorias visuales, un paquete de funciones que parece lógico para el área que controla o genera los sueños.
El director de la investigación, Claudio Bassetti, afirma que los resultados del estudio «describen por primera vez con detalle el grado de lesión necesaria para producir la pérdida de los sueños cuando no hay otras deficiencias neurológicas».