¿Saben los estudiantes interpretar y utilizar de forma correcta la información digital? Esta es la pregunta que han querido responder los responsables del Programa Internacional de Evaluación (PISA 2009) en su última edición con la inclusión del ‘Electronic Reading Assessment’, una prueba adicional para evaluar la comprensión lectora en formato electrónico. Los resultados, más allá de los datos cuantitativos, permiten extraer las principales claves para mejorar la competencia digital de los alumnos, esencial para enfrentarse con éxito a la actual sociedad de la información.
«Aprender a leer» no es lo mismo que «leer para aprender». Adquirir la destreza suficiente para interpretar los caracteres que forman parte de un texto es imprescindible para cualquier estudiante, pero una vez lograda esta habilidad, es necesario desarrollar la capacidad de comprensión lectora, que permite obtener información, interpretar y reflexionar sobre los textos escritos para avanzar en los conocimientos.
Los currículos académicos y la práctica docente de la mayoría de centros escolares se han orientado hacia la adquisición de esta capacidad. Uno de los principales objetivos de la Unión Europea en el marco de la Estrategia de Lisboa 2010 para mejorar la calidad y eficacia de la educación era reducir el porcentaje de jóvenes con dificultades de comprensión lectora. Pero hoy en día los sistemas educativos se enfrentan a un nuevo reto: desarrollar esta habilidad lectora en un formato diferente, el digital.
La competencia digital
El entorno tecnológico en el que está inmersa la sociedad actual requiere, por parte de los alumnos, una serie de habilidades y destrezas diferentes a las que se utilizan cuando se enfrentan a un texto en formato papel. El exceso de información, las nuevas herramientas y los riesgos potenciales que subyacen en la Red obligan a que los programas educativos potencien entre los estudiantes la adquisición de la denominada competencia digital.
La competencia digital no consiste solo en la enseñanza mecánica de habilidades en el manejo de ordenadores
Tal como afirma Rafael Casado, presidente del Foro de Investigación y Acción Participativa (FIAP) para el desarrollo de la Sociedad del Conocimiento, esta competencia no consiste solo en la enseñanza mecánica de habilidades en el manejo de ordenadores u otras tecnologías, «el reto principal es enseñar a moverse en la red y el mundo virtual con seguridad y eficacia». La función didáctica debe orientarse entonces a la «adquisición de conocimientos de búsqueda, clasificación, evaluación y presentación de la información a través de un análisis crítico y reflexivo de los contenidos», señala este especialista.
Evaluación de aptitudes
Consciente de la importancia de la competencia digital para el desarrollo de la sociedad futura, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) ha incluido en su último Programa Internacional de Evaluación (PISA 2009) el estudio del nivel de comprensión lectora en formato digital de los estudiantes de 15 años de 17 de los países participantes, entre ellos España.
En general, los estudiantes tienen un nivel más elevado de competencia en el formato tradicional que en el digital
El ‘Electronic Reading Assessment’ ha investigado el rendimiento de los alumnos en tareas que requieren el acceso, comprensión, valoración en integración de textos electrónicos en distintas actividades de lectura. Los resultados cuantitativos, si se comparan con los niveles de comprensión lectora en formato papel, reflejan en general un nivel más elevado de competencia en el formato tradicional que en el digital, aunque la excepción la marcan Islandia, Suecia, Australia y Nueva Zelanda, que además obtienen algunas de las puntuaciones más altas de la evaluación.
Pero más que las puntuaciones, lo relevante de este informe es el análisis que se obtiene tras explorar las aptitudes y prácticas que definen a los estudiantes que obtienen mejores resultados. La conjugación de esta información con la obtenida en el cuestionario sobre el uso de las TIC que completaron los participantes en el estudio revela las claves básicas que se deben adoptar para mejorar la competencia digital de los alumnos.
Seis claves para mejorar
Aprender a navegar: para una eficiente comprensión de textos electrónicos, es necesario aplicar una estrategia adecuada de navegación. De los resultados del ERA se desprende que los buenos datos están asociados a un mayor índice de visitas a páginas relevantes y a la tendencia a ignorar las irrelevantes. La clave es no perderse en la información disponible y saber seguir una ruta útil para hallar los contenidos que requiere la tarea asignada.
Potenciar el pensamiento crítico: para conseguir esta navegación efectiva, la escuela puede ayudar al estudiante por medio del desarrollo del pensamiento crítico, que le permita discriminar la información y elegir la más adecuada. Una estrategia esencial es dictar instrucciones claras para saber bien qué deben buscar.
Incrementar la labor de los centros: el contexto socioeconómico influye de forma significativa en el rendimiento en lectura digital, un contexto desfavorable implica diferencias de hasta 85 puntos entre los estudiantes (90 en España) y se explica, en parte, por el menor nivel de acceso a un ordenador de estos alumnos. Este dato pone de relieve la importancia que adquiere el entorno académico como motor de impulso del desarrollo de habilidades y destrezas digitales. Cuanto menor es el número de alumnos por ordenador en los centros, mayor es el rendimiento que obtienen.
Gusto por la lectura: una actitud positiva hacia la lectura incrementa el rendimiento de comprensión lectora, tanto en formato papel como en el digital. Por tanto, todas las actividades enfocadas hacia la promoción de la lectura y el libro como fuente de conocimiento e información repercutirán de modo favorable en la competencia digital de los estudiantes.
Uso del ordenador en el hogar: los datos de ERA revelan que los alumnos que utilizan el ordenador en su hogar obtienen mayor rendimiento en competencia digital (80 puntos) que quienes no lo hacen. Sin embargo, este rendimiento depende del uso y tiempo que se le dedique a la tecnología.
Ni mucho ni poco, limitar el tiempo: los alumnos que utilizan el ordenador para entretenimiento en casa o para hacer las tareas tienen mejores resultados, pero es mayor la puntuación de quienes hacen un uso moderado (una o dos veces al mes o a la semana) que quienes intensifican esta actividad (uso diario). Por otra parte, esta tendencia es lineal en la mayoría de las actividades de entretenimiento evaluadas, como juegos on line, correo electrónico, chat o blogs, entre otras, aunque la relación con la participación en redes sociales on line es inversa.