Acoger a un estudiante extranjero no solo es un modo de facilitarle la integración en el país de destino, sino que la familia tiene la oportunidad de conocer otra cultura y, quizá, el vocabulario básico en otra lengua. Los anfitriones se comprometen a hablar siempre en español con los alumnos para que mejoren su dominio del idioma y a dirigirse a ellos como si fueran un miembro más de la familia. A cambio, reciben una contraprestación económica, pero es fundamental que este no sea el principal motivo para acoger en casa a un estudiante extranjero. En este completo artículo se detalla en qué consiste la acogida de estudiantes extranjeros, se destacan tres pasos para acoger a un alumno extranjero y los compromisos que adquiere la familia, además de la alternativa destinada a universitarios extranjeros.
En qué consiste la acogida de estudiantes extranjeros
Comienza el curso y el aprendizaje de idiomas ocupa de nuevo el trono de prioridades. Pero esta vez, no lo hace por parte de ciudadanos españoles que viajan el extranjero para aprender inglés (la lengua por excelencia), sino que son los estudiantes extranjeros quienes eligen nuestro país para aprender castellano. Entre las decisiones que han de tomar -lugar de estancia, duración, tipo de curso…- destaca el modo de alojamiento.
Las familias que acogen facilitan la integración del estudiante extranjero y le ayudan a practicar el idioma
A menudo, es más económico alojarse con una familia que en una residencia. Pero además, esta alternativa tiene como principal ventaja la posibilidad de practicar español en situaciones cotidianas y conocer las costumbres típicas de nuestro país. Por su parte, para las familias supone también una gran experiencia, ya que facilitan la integración del alumno a quien acogen y conocen otra cultura.
EF Centro Internacional de Idiomas recibe cada año a más de 8.000 estudiantes extranjeros de 40 nacionalidades distintas, que acuden a clases de castellano en sus escuelas de Madrid, Málaga y Barcelona, por lo que busca familias para estas zonas. Son alumnos a partir de 16 años «hasta 100» y que realizan cursos que oscilan entre dos semanas y un año académico completo (de nueve a once meses), señala María Jesús de Llano, school director de EF Centro Internacional de Idiomas. Asegura que el alojamiento en familia es «el más popular y el que alcanza los mayores niveles de satisfacción y aprendizaje, según las encuestas que se realizan al final del curso a todos los estudiantes».
Tres pasos para acoger a un estudiante extranjero
1. El primer paso para acoger a un alumno extranjero es localizar un centro o agencia con el que se gestionará la acogida. Es frecuente que las academias de idiomas o que organizan cursos en el extranjero se encarguen de estos programas en nuestro país.
2. Una vez localizada la entidad con la que se tomará parte en el programa, el siguiente paso consiste, a menudo, en una entrevista personal. En este encuentro, las familias anfitrionas resuelven todas sus dudas y los centros encargados de gestionar la acogida evalúan si los interesados cumplen los requisitos para convivir con estudiantes de otra nacionalidad. Estos provienen de todos los países. CLS recibe, en especial, alumnos de Estados Unidos y Canadá, Into amplía la acogida a los de países europeos y Eas – Vele acepta de todos los países anteriores, además de Australia, Nueva Zelanda y Japón.
3. Una vez seleccionadas las familias y los estudiantes, comienza el proceso de adjudicación. De acuerdo al perfil de las familias, se elige a los alumnos con quienes convivirán. En cuanto al perfil, las familias pueden ser monoparentales, con hijos, mayores… No hay un perfil concreto. Sí se pide que vivan cerca de los centros donde estudiarán o, por lo menos, en lugares bien comunicados mediante transporte público.
Compromisos de la familia que acoge a un estudiante extranjero
Las familias interesadas en acoger a un estudiante extranjero han de saber que esta opción no es un negocio, algo en lo que hacen hincapié todos los centros que gestionan estos programas. Es cierto que en general reciben una compensación económica para hacer frente a los gastos, pero en ningún caso debe primar el motivo económico en el momento de proponerse como anfitriones. «Se busca que la familia acoja al estudiante porque quiere conocer su cultura, no porque necesita el dinero», explica Jakob Ernberg, de Get Ready. Se visita a las familias y sus viviendas para corroborar que cumplen los requisitos y, de ser así, se les concede una ayuda de 300 euros mensuales para cubrir los gastos extras. «Sobre todo, nos preguntamos si dejaríamos que nuestros hijos vivieran en esa casa», subraya. En el caso de AFS Intercultura, la acogida no es remunerada, ya que se basa en el voluntariado de familias dispuestas a acoger a adolescentes extranjeros.
Hablar en español. No se puede pensar que los alumnos extranjeros se convertirán en profesores particulares de su lengua natal. Este no es el propósito. Las familias han de hablar en castellano con ellos «todo el tiempo, despacito y claro, para que el proceso de aprendizaje sea más rápido y natural», aconseja EF Centro Internacional de Idiomas. El objetivo es que los estudiantes se integren en las familias «como un miembro más», detalla AFS Intercultura.
Atención adecuada. CEI & Languages señala a este respecto que la familia debe estar «capacitada» y tener un ritmo de vida que le permita atender al estudiante y facilitar su integración, además de animarle a practicar español y «ofrecerle un mínimo de privacidad e intimidad». Advierte de que «si un alumno no está conforme con el trato recibido por la familia de acogida, se le cambiará de vivienda de inmediato», algo común en estos programas. Motivación y gusto por el intercambio cultural, apertura y amabilidad son algunas de las características que busca EF Centro Internacional de Idiomas en los anfitriones.
Manutención. Las familias se encargan por lo general del desayuno y la cena de los estudiantes, ya que es posible que la comida la hagan fuera de la vivienda. Este alojamiento en media pensión se debe facilitar de lunes a viernes, mientras que el fin de semana se entiende que la pensión es completa. No obstante, todos los detalles quedan recogidos en el contrato que firman las familias.
Habitación en buenas condiciones. Se tiene que proporcionar una habitación libre de objetos familiares y equipada de manera adecuada para el alumno.
Responsabilidades de las familias y del estudiante. En su mayoría, los estudiantes que se acogen son adolescentes que pasan varias semanas en nuestro país o bien alumnos de ESO y Bachillerato que realizan un curso completo o medio curso. Se debe ser consciente de que, con frecuencia, son menores de edad y quedan, por lo tanto, bajo la responsabilidad de las familias anfitrionas. Con respecto a sus obligaciones, recuerda Summerhill, «tienen que respetar las normas de la familia en cuanto a colaboración en casa, horarios, régimen de vida, etc.» y «cumplir con sus obligaciones en el instituto». Es frecuente que tanto a las familias como a los estudiantes se les adjudique un tutor para contactar ante cualquier inconveniente.
La fórmula de la acogida se ha extendido también a las universidades. La Universidad de La Rioja, la Universidad de Oviedo y la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) son tres ejemplos.
Esta última desarrolla los programas Español en Toledo (ESTO) y Español en Cuenca (ESPACU), dirigidos a estudiantes internacionales de castellano. Desde la Fundación General, la responsable de los Programas de Español para Extranjeros de la UCLM y directora adjunta, Gloria Jordan, explica que la iniciativa se promociona en Toledo y Cuenca, las dos ciudades patrimonio donde la universidad cuenta con campus.
Los estudiantes han de cumplimentar un cuestionario detallado para informar acerca de posibles intolerancias alimentarias o preferencias de la vivienda y de la familia. Es importante conocer si rechazarían o aceptarían convivir con familias donde alguno de los miembros fume, familias con niños o con mascotas, entre otras. “Con esta información, tratamos de ubicarles en una familia donde, a priori, se cumplan sus requerimientos”, agrega Gloria Jordan.
Los anfitriones reciben una compensación económica en función del régimen de alojamiento y manutención que elija el alumno. Este puede preferir, entre otras opciones, dos comidas por día (desayuno y cena) o tres (también la comida), tanto de lunes a viernes como durante la semana completa. “Hay flexibilidad al respecto”, recalca Gloria Jordan.