El colegio de Infantil y Primaria La Paz de Albacete ha conseguido reducir el nivel de absentismo escolar del 50% al 10% del alumnado y en la escuela Mare de Déu de Terrassa (Barcelona) ha aumentado del 17% al 85% la tasa de alumnos que superan las competencias básicas. El éxito alcanzado por estos dos centros tiene un denominador común: ambos pertenecen al programa Comunidades de Aprendizaje. Este proyecto de transformación, en el que participan ya 89 instituciones educativas de 11 comunidades autónomas, basa su actuación en la participación conjunta de docentes, familias y otros agentes del contexto social del centro para lograr una educación de calidad.
Imagen: Academia IF
La educación formal no es responsabilidad exclusiva de las escuelas, deben compartirla todos los miembros y agentes que intervienen en una comunidad. Esta es la principal premisa en la que se apoya el concepto de Comunidades de Aprendizaje, una propuesta de organización alternativa de los centros educativos, que amplía el contexto en el que los alumnos aprenden con la participación, colaboración e interacción de todo el entorno social que rodea al centro.
Proponen una organización escolar basada en prácticas cooperativas y solidarias, con una participación compartida de toda la comunidad
Las comunidades de aprendizaje son fruto de una de las líneas de investigación en la que trabaja desde hace más de tres lustros el Centre de Recerca Social i Educativa (CREA) de la Universidad de Barcelona, que ha elaborado un modelo de transformación dirigido a centros educativos de Primaria y Secundaria. El proyecto tiene como referente de éxito algunas experiencias internacionales, como el ‘Programa de Desarrollo Escolar’, de la Universidad de Yale, o las ‘Escuelas Aceleradas’, de la Universidad de Standford. Ambas comparten con las comunidades de aprendizaje una organización escolar basada en prácticas cooperativas y solidarias, con una participación compartida del profesorado, familiares, alumnos y el resto de la comunidad.
Tal como afirma Ramón Flecha, catedrático de Sociología de la Universidad de Barcelona y uno de los principales impulsores del programa, «para conseguir esta transformación es necesario movilizar todos los recursos existentes». Por eso, el proyecto considera, junto con la participación de los miembros de la comunidad educativa (familias, docentes y alumnos), la «de agentes sociales como profesionales y personas voluntarias».
Promover el éxito escolar
El modelo de comunidades de aprendizaje se ha adoptado hoy en día en 98 escuelas de Primaria y Secundaria de nuestro país, con una presencia significativa en las comunidades de Cataluña, País Vasco y Andalucía. Su adopción implica una transformación social y cultural del centro educativo y de su entorno para lograr la igualdad educativa, superar el fracaso escolar y eliminar los conflictos.
Incluyen iniciativas y prácticas orientadas a favorecer la inclusión de los grupos de alumnos más desfavorecidos
Para conseguirlo, propone una organización diferente, que incluye iniciativas y prácticas orientadas a favorecer la inclusión de los grupos de alumnos más desfavorecidos por su entorno sociocultural o los más problemáticos en el ámbito académico y a evitar las prácticas exclusivas. Estas son algunas de las más destacadas:
Organización del aula
Javier Onrubia, del Departamento de Psicología Evolutiva y de la Educación de la Universidad de Barcelona, afirma que el aprendizaje individual «es inseparable de la construcción colectiva del conocimiento, que constituye el contexto, la plataforma y el apoyo básico para que cada alumno pueda avanzar». En esta convicción se apoya la estructura organizativa del aula que proponen las comunidades de aprendizaje.
Este proyecto deja a un lado la tradicional organización en la que el docente se encarga de transmitir contenidos
Este proyecto deja a un lado la tradicional organización, en la que el docente se encarga de transmitir contenidos y el alumno de asimilarlos, y la cambia por una estructura dinámica que se basa en la interacción y comunicación entre los integrantes de la clase. Este modo de actuar se denomina aprendizaje dialógico, que ocurre cuando se establece en el aula una relación de igualdad y no de poder y se reconoce que todos quienes dialogan tienen conocimientos que aportar.