Autodefinidos, crucigramas, sopas de letras, adivinanzas o trabalenguas son, además de juegos, una herramienta idónea para estimular el desarrollo del razonamiento verbal de los niños. Esta capacidad intelectual tiene un papel fundamental en el progreso cognitivo de los estudiantes, ya que implica la habilidad para entender, estructurar, organizar y comprender el lenguaje, unas destrezas imprescindibles para alcanzar los objetivos curriculares de las diferentes etapas académicas.
«Parece un viejo hablando». Esta frase se pronuncia de forma habitual al escuchar a un niño que utiliza un lenguaje y expresiones poco acordes con su edad. La clave no está en los años, sino en la capacidad de razonamiento verbal del infante. Esta habilidad responde al potencial lingüístico y a la destreza para comprender conceptos y analizarlos, que se adquiere a lo largo de la vida. Proporciona al hablante los medios intelectuales necesarios para hacer un uso adecuado de la lengua y procesar la información que recibe de su entorno. No consiste sólo en tener un vocabulario amplio, sino que implica también la capacidad para clasificarlo, ordenarlo y relacionar entre sí los significados.
Lo fundamental es que cuenten con un entorno académico y familiar que les ayude a desarrollar la habilidad para el razonamiento verbal
La habilidad para el razonamiento verbal no es una capacidad innata en los niños, aunque algunos tengan más potencial que otros. Lo fundamental es que cuenten con un entorno académico y familiar que les ayude a desarrollarla. No es una tarea difícil. Actos tan sencillos como invitar al niño a escuchar conversaciones de personas mayores, leerles a menudo, llevarles al teatro, a representaciones de cuentacuentos o títeres, pueden ayudarles de manera significativa a que desarrollen nuevas formas de expresión.
Una de las mejores formas de estimular el desarrollo de las habilidades lingüísticas de los niños es a través de los juegos verbales. El «veo veo», adivinanzas o trabalenguas son algunos adecuados para los más pequeños. A quienes ya han aprendido a escribir y a leer se les puede invitar a participar en juegos de mesa que ayudan a reforzar esta capacidad porque implican el uso del lenguaje.
Favorecen la adquisición del vocabulario y les ayudan a organizarlo en torno a categorías
Juegos de palabras, crucigramas o sopas de letras son también una herramienta lúdica básica para alcanzar el objetivo de desarrollar el razonamiento verbal. Estas actividades, realizadas de forma habitual, reportan muchos beneficios al estudiante. Por una parte, favorecen la adquisición del vocabulario, les ayuda a organizarlo en torno a categorías y refuerzan su proceso cognitivo. También favorecen la fluidez de la expresión oral y el desarrollo de la memoria, además de servir para progresar en competencias del lenguaje tan importantes como la escritura, la ortografía o la redacción.
Actividades on line
Padres y profesores pueden acceder desde Internet a multitud de recursos didácticos en línea, que sirven para que los estudiantes practiquen en casa o en las mismas aulas. Estos son algunos de los sitios disponibles con ejercicios, actividades y juegos encaminados a estimular y desarrollar las habilidades verbales de los niños.