Doctor en Filosofía y Letras, Domingo Gallego es actualmente profesor titular del Departamento de Didáctica, Organización Escolar y Didácticas Especiales de la Universidad Nacional Española a Distancia (UNED). Comenzó a inmiscuirse en las Tecnologías de la Información aplicadas al ámbito educativo ya en la década de los 70, cuando realizó en la Universidad de Columbia (Nueva York) un máster en tecnología educativa y comunicación. Desde entonces y hasta ahora, su trayectoria profesional ha estado ligada íntimamente a este ámbito, tanto en la práctica docente como en la línea editorial con publicaciones como “El ordenador como recurso didáctico” o “Aprendizaje y ordenador”. Asimismo, ha sido el organizador principal de trece congresos internacionales de informática educativa, el último de ellos celebrado el pasado mes de julio en la UNED, un observatorio privilegiado para estar bien informado de cuáles son las líneas de investigación, reflexión y aplicación de las tecnologías de la información y comunicación en los contextos de aprendizaje.
Hoy no hablamos de nuevas tecnologías, ya no son tan nuevas, sino de tecnologías para la información y comunicación (TIC). Voy a destacar sólo algunas ventajas: facilitan el acceso a la información a profesores y alumnos; indican el camino para seguir aprendiendo en el futuro; son ventanas abiertas al mundo que ayudan a los docentes y estudiantes a mirar hacia la sociedad en la que viven; facilitan las herramientas de comunicación que los alumnos tendrán que manejar en su inserción laboral; dan una visión actualizada de la sociedad red, y permiten la intercomunicación entre alumnos, centros y países.
Se están creando auténticas redes internas de comunicación entre profesores, alumnos, padres y equipo directivo
Por una parte, se están creando auténticas redes internas de comunicación entre profesores, alumnos, padres y equipo directivo gracias al desarrollo y progresivo crecimiento de centros docentes en los que se van incorporando páginas web del centro que facilitan estas relaciones. Asimismo, el diseño de las aulas va variando y ajustándose a las TIC y los docentes cambian progresivamente su modo de enseñar apoyándose significativamente en las tecnologías.
Ya tenemos ordenadores en las aulas, conexiones a Internet, pero la pregunta que habría que formularse es: ¿y ahora qué? Falta dar más pasos en la integración curricular de las TIC; este es uno de los aspectos clave en los que se debe insistir a todos los niveles: Administración educativa, equipos directivos, asociaciones de padres…, ya que el tener equipos informáticos es una condición necesaria, pero no suficiente para integrarlos. Es necesaria más formación para los docentes.
Cambiar la manera tradicional de enseñar durante años por las nuevas orientaciones con integración TIC no es sencillo
Hay todavía camino por recorrer. Prácticamente ya no quedan docentes “apocalípticos” contrarios a las tecnologías, pero cambiar la manera tradicional de enseñar durante años por las nuevas orientaciones con integración TIC no es sencillo. Hace falta capacitación, creatividad, capacidad de innovación, ganas de poner en práctica en el aula lo que se ha aprendido de TIC.
Ahora estamos en un momento clave con el diseño de los nuevos planes de estudios. Los profesores de tecnología educativa hemos realizado múltiples propuestas en este sentido, algunas aceptadas y otras desestimadas, coordinando nuestros esfuerzos en reuniones y listas de distribución. Hemos presentado un listado de competencias tecnológicas que debe tener el alumnado (y también el profesorado). La impresión que tenemos en el área de Didáctica no es muy positiva. Para suplir lo que no se está haciendo en los planes de estudio, en la formación inicial de docentes y en la formación permanente, llevamos muchos años en la UNED impartiendo el Master en Tecnologías para la Educación y el Conocimiento, en el que han participado más de 1.500 profesores y que cuenta con ayudas económicas del Ministerio de Educación para los docentes de toda España.
Sí, lo que ocurre es que la multiplicidad de acciones en las autonomías para fomentar las TIC hace que los resultados en cada una de ellas sean muy diferentes; esta falta de coordinación entre los distintos proyectos autonómicos origina que se repitan las mismas propuestas y las mismas tareas, sin que llegue a producirse toda la sinergia que convendría en este campo. A veces los políticos creen que con comprar “máquinas” ya resuelven el problema de integración de las TIC en el aula, sin tener en cuenta que cada euro que se gaste en equipos exige otro euro dedicado a formación de profesores.
El alumno con frecuencia cuenta ya en casa con un equipo informático mejor que el que encuentra en la escuela
Ya no es preciso que el docente transmita la mayor parte de la información al alumno, se le orienta sobre dónde encontrarla y cómo construir su propio conocimiento. El alumno con frecuencia cuenta ya en casa con un equipo informático mejor que el que encuentra en la escuela, desde el que puede acceder a toda la información que necesita. Las bibliotecas se convierten en mediatecas y se suplen con Internet. La manera de presentar los trabajos de los alumnos también ha cambiado con las TIC, del papel se ha pasado al Power Point o a cualquier programa de presentaciones.
Encontramos barreras técnicas, faltan equipos, faltan conexiones rápidas a Internet, falta mantenimiento de los equipos. Hay barreras sociales; se abre una brecha digital entre los que pueden costearse los equipos y las conexiones a Internet y quienes no tienen una economía que se lo permita. Hay barreras culturales, un importante influjo de los creadores de software que trata de compensarse con el software libre, una cierta tendencia pseudo-humanista y elitista que desprecia la aplicación didáctica de las TIC. También barreras de falta de autoconfianza de los docentes, que temen a los alumnos con más conocimientos tecnológicos. Existen barreras históricas, tantas veces los tecnólogos hemos dicho que la introducción de la tecnología iba a crear una revolución educativa y luego nunca cambiaba nada, llegó el cine, la televisión, el vídeo, los ordenadores personales y todo parece que sigue igual. Internet y las redes de comunicación han significado el auténtico cambio y están para “no marcharse”.
Hay quienes advierten de los peligros del autismo electrónico y tienen razón cuando hay exceso
Plenamente compatibles. Hay quienes advierten de los peligros del autismo electrónico y tienen razón cuando hay exceso, pero la acción individual se debe completar con las amplias posibilidades de interrelación y comunicación. La acción adecuada supera los excesos en cualquier sentido y trata de resaltar las líneas positivas que ofrecen las TIC. La insistencia en el aprendizaje colaborativo con las TIC supera este peligro y fomenta la interrelación entre alumnos, entre centros, incluso entre países.
Cuando los docentes y los equipos directivos están interesados en este aspecto sí se logra, si los docentes se escudan en la frase “bastante tengo con lo que tengo, para que me compliquen más”, no se avanza gran cosa. Las TIC tienen capacidad para desarrollar un modelo de enseñanza más flexible, lo que no quiere decir que se lleve a cabo esta potencialidad.
Lo importante es ayudar a que el alumno sepa encontrar la información y construir el conocimiento
Las TIC son importantes en todas las áreas curriculares; todo lo que se refiera a datos e información. Estamos ante grandes bases de datos que nos informan acerca de cualquier contenido. Lo importante es ayudar a que el alumno sepa encontrar la información y construir el conocimiento. Hemos encontrado ejemplos de utilización de las TIC por los docentes en todas las áreas del currículo, como se ha mostrado, por ejemplo, en el XIII Congreso Internacional de Tecnologías para la Educación y el Conocimiento: la Web 2.0 celebrado en la UNED el pasado mes de julio.
El exceso y el mal uso son los peligros más típicos. Decir que las TIC ocupan todo el campo de la metodología es erróneo. La tecnología que deseamos aplicar es humanística, no hay que olvidar los aspectos básicos de la educación. A lo largo de los años de investigación hemos completado nuestro esfuerzo de formación de profesores en tecnología educativa con otros aspectos muy importantes como son la gestión del conocimiento, los estilos de aprendizaje o la inteligencia emocional.
El apoyo de las autoridades educativas y de los equipos directivos es fundamental
Se pueden imaginar y también se pueden ver esas escuelas del futuro en algunos países, porque ya existen y están funcionando. Recientemente pude visitar una serie de centros docentes de vanguardia en Estados Unidos y en Canadá y recomendaría su visita a los políticos y administradores de la educación para que realicen las inversiones adecuadas y faciliten tiempo y formación a los profesores, ya que el apoyo de las autoridades educativas y de los equipos directivos es fundamental. Las escuelas del futuro unen tecnología de alto nivel y, sobre todo, excelente preparación de los docentes en todas las facetas de la docencia. Un director de uno de esos centros en Estados Unidos decía: “Aquí contamos con toda la tecnología disponible, pero si no la tuviéramos, con este equipo de profesores el centro seguiría siendo un centro modelo y nuestros alumnos saldrían con una magnífica preparación para la universidad”.