El Ministerio de Educación y Ciencia ha otorgado una beca a un estudiante español para que desarrolle un sistema de recogida de los satélites «muertos» que flotan en el espacio, unos 7.500, mediante amarras electrodinámicas, cables finos por los que circula una corriente que obligaría a estos ingenios a abandonar la órbita en la que se encuentran.
En la actualidad existen en la órbita terrestre más de 8.000 objetos identificados, de los cuales sólo 500 están operativos. Manuel Sanjurjo, responsable del proyecto, cree que es importante «cazar» estos satélites porque suponen una amenaza para las operaciones espaciales.
El sistema podría incorporarse a los nuevos satélites, de forma que al final de su vida operativa la amarra electrodinámica se desplegase y provocase su descenso sin utilizar combustible adicional. Para los que ya se han quedado sin actividad, la idea de Sanjurjo es que un vehículo propulsado por esas mismas amarras se adose al satélite y lo baje de la órbita.
La normativa sobre satélites «muertos» establece que se envíen a una órbita cementerio, a 2.500 kilómetros de altura, o bien que se asegure su reentrada y destrucción en la atmósfera, «requisitos que encarecen la misión o rebajan la vida útil del satélite», señala el estudiante.
La resistencia aerodinámica asegura la reentrada en la atmósfera siempre que el satélite esté por debajo de los 500 kilómetros. La dificultad reside en los que están entre los 700 y los 1.500 kilómetros, donde esa resistencia no funciona igual y es más lenta; y donde el problema es «acuciante» por el gran número de ellos que se acumulan.
Según Sanjurjo, este inconveniente podría evitarse con las amarras electrodinámicas, ya que «la resistencia electrodinámica frena al satélite, disminuye la altura de la órbita y puede usarse forzando la reentrada en tiempos cortos y sin consumo de combustible».