“Mañana llueve en España y Letonia”. Para muchos esta frase carece totalmente de sentido alguno, sin embargo, para el que la ha creado contiene una información valiosísima, ya que dentro de ella ha escondido los cuatro huesos que forman parte del oído medio: martillo, yunque, estribo y lenticular. Ésta y otras muchas técnicas mnemotécnicas son fundamentales para poder retener en la memoria datos, términos, cifras y fórmulas con dificultad para ser recordadas.
Estudiar de memoria no es la práctica más recomendable de prepararse para los exámenes, puesto que el estudio debe ser comprensivo y llevado a cabo de forma organizada, utilizando las distintas técnicas de aprendizaje disponibles para los estudiantes y no un simple proceso de repetición memorística de la lección recogida en los libros o en los apuntes. Sin embargo, la memoria no deja de jugar un papel fundamental en el proceso de estudio. Por una parte, para poder plasmar en un papel lo aprendido es imprescindible haberlo retenido en la memoria previamente, esto no es difícil de conseguir, siempre que se estudie, como se ha referido antes, de manera comprensiva; pero también hay que hacer uso de la memoria muchas veces para retener datos, cifras, series, nombres o términos en los que la comprensión no participa, el único paso que se puede dar es memorizar, es decir, fijarlo en la memoria.
Estas reglas son muy utilizadas para estudiar materias en las que hay que retener innumerables datos
Para ayudar a la memoria a realizar su trabajo de fijación con datos difíciles de retener se han creado las denominadas reglas o técnicas mnemotécnicas, que son distintos procedimientos de asociación mental que facilitan el recuerdo de lo aprendido, de modo que no ayudan a memorizar, sino a recordar lo memorizado. Estas reglas son muy utilizadas para estudiar materias en las que hay que retener innumerables datos, asignaturas como anatomía, zoología, biología o incluso matemáticas son algunas en las que se hace un uso más frecuente de estas técnicas, ya que en ellas la memorización tiene un papel primordial.
Hay que tener en cuenta que la mnemotecnia no es una ciencia exacta, más bien lo contrario, es una técnica muy personal, en la que cada estudiante aplica las normas o reglas que le resulten más fáciles para recordar lo aprendido. No obstante, hay algunas fórmulas y procedimientos generales que se utilizan para memorizar, aunque cada sujeto le imponga luego su nota personal:
Asociación: siempre es más fácil recordar algo si lo asociamos con otra cosa que ya se tiene fijada en la memoria. En este caso, basta asociar o relacionar el dato que tenemos que memorizar con otro dato conocido; por ejemplo, si hay que retener el año en que el hombre pisó por primera vez la luna (1969) y casualmente un hermano nació en ese año, simplemente con recordar que «en el año que nació mi hermano se piso la luna por primera vez» no olvidaremos nunca el dato. Como la imaginación es muy importante a la hora de aplicar cualquier regla mnemotécnica, las ideas asociadas se pueden reforzar por ejemplo con una imagen; en este caso imaginar la luna con la cara impresa del hermano ayudará a establecer la asociación rápidamente.
El relato consiste en inventar una historia en la que participen todos los elementos que hay que recordar
Acrósticos: este tipo de artificio literario, consistente en construir versos cuyas letras iniciales, medias o finales forman un vocablo o una frase, es una de las reglas mnemotécnicas más utilizadas. Se puede utilizar de dos formas distintas, formando una frase o una palabra; por ejemplo, para que sea más fácil recordar los nueve planetas del sistema solar (Mercurio, Venus, Tierra, Marte, Júpiter, Saturno, Urano, Neptuno y Plutón -aunque este último ha dejado de ser considerado planeta tras un reciente acuerdo de la comunidad astronómica internacional-) basta aprenderse una frase: «Mi Viejo Tío Manolo Jamás Supo Usar Números Primos», en la que cada letra inicial de palabra corresponde a uno de los planetas. Por otra parte, se puede formar asimismo una o dos palabras con o sin sentido con las mismas iniciales o las primeras sílabas de la serie que hay que recordar, por ejemplo las palabras «SUBAMERICO PANDIA», contienen todos los componentes del lecho gástrico: suprarrenales, bazo, mesenterio, riñones, colon, páncreas, y diafragma.
Método del relato: el relato consiste en inventar una historia en la que participen todos los elementos que hay que recordar, normalmente es un relato absurdo sin sentido, pero precisamente esto es lo que hace que resulte más fácil de rememorar posteriormente. Por ejemplo, si hay que memorizar la lista de la compra (tomate, pan, arroz y mantequilla) se puede relatar del siguiente modo: «Iba un tomate por la calle y de repente se resbaló con unos granos de arroz que había en el suelo y cayo encima de un pan con mantequilla».
Números: recordar series de números o cifras extensas puede ser muy complicado, las reglas mnemotécnicas ofrecen varios recursos para hacerlo más fácil. Una ellas es construir una frase en la que las palabras tengan el mismo número de letras que la cifra que hay que recordar, por ejemplo, para no olvidar los 10 primeros decimales de «Pi» (3,1415926535) puede aprenderse la siguiente frase: «Con 1 palo y 5 ladrillos se pueden hacer mil cosas», contando las letras y sustituyendo el 1 y el 5 por los mismos números se obtendrá la serie.