Cerca de la mitad de los universitarios españoles (42%) no compró ningún libro de texto o de consulta durante el curso pasado, según el estudio sobre el «Libro Académico y de Consulta en la Universidad Española», cuyo avance ha sido presentado por la Federación de Gremios de Editores de España (FGEE). Este trabajo revela también que el 93% de los estudiantes adquirió menos de cinco libros y que la media por alumno y año no llega a dos ejemplares, en concreto 1,9.
El estudio se llevó a cabo mediante entrevistas a 1.500 estudiantes y 350 profesores de universidades públicas y privadas de toda España. De acuerdo con las conclusiones, el 99% de los alumnos utiliza los apuntes dictados por el profesor como fuente de estudio, aunque el recurso a los libros también es frecuente.
En opinión de los estudiantes, los apuntes del profesor recogen lo imprescindible para superar la asignatura, «son suficientes y los libros -de texto o de consulta- se consideran como una herramienta prescindible en algunas materias». Cuatro de cada diez alumnos (una media del 42,3%) aseguran que no compran libros porque «son caros». Este porcentaje es más elevado en Ciencias de la Salud, donde más de la mitad (55,1%) justifica su decisión en el alto precio de los manuales. El 44,3% de los alumnos de Ciencias Sociales y Jurídicas, el 40,2% de Experimentales y el 24,7% de Humanidades se manifiestan en el mismo sentido.
Los datos de la encuesta señalan que otro de los motivos que argumentan los estudiantes para no comprar libros es el de «encontrarlos en la biblioteca». Sobre el uso que los universitarios hacen de estas instalaciones, casi siete de cada diez las emplean como meras «salas de lectura de apuntes».
El informe también constata el «aumento» de las fotocopias como «alternativa a la compra de libros». Los alumnos fotocopian sobre todo apuntes y capítulos o fragmentos de libros, en ocasiones por sugerencia de sus propios profesores, que a su vez hacen lo mismo con artículos de revistas.
Sobre esta práctica, la mayoría de los alumnos y una parte importante del profesorado consideran que no están vulnerando ninguna ley de propiedad intelectual cuando recurren a ella.