La candidatura «Arte rupestre paleolítico de la cornisa Cantábrica» recibió ayer la aprobación de la Unesco para integrar la lista de patrimonio mundial. Cuatro cuevas asturianas (Peña de Candamo, Llonín, Tito Bustillo y El Pindal), ocho de Cantabria (Chufín, Hornos de la Peña, El Castillo, La Pasiega, Las Monedas, El Pendo, La Garma y Covalanas) y dos del País Vasco (Santimamiñe y Ekain) conforman esta candidatura conjunta.
«Esta candidatura se plantea como una ampliación de Altamira, que tiene un valor universal», aseguró el director de Patrimonio de la Consejería de Cultura del Principado de Asturias, Carlos Madera, que señaló que sólo que la propuesta haya sido admitida a trámite ya supone una apuesta por el turismo. La candidatura de estas cuevas ubicadas en parajes naturales «con gran valor» favorecerá la modalidad de turismo cultural y de naturaleza, añadió.
El proyecto será evaluado ahora por parte de los organismos consultivos pertinentes, que elevarán sus dictámenes y recomendaciones a la Secretaría del Comité del Patrimonio Mundial. De estas forma, la declaración podría hacerse efectiva en un plazo inferior a dos años, ya que se calcula que la próxima reunión anual del órgano se celebre el próximo mes de junio o julio.
El director general de Cultura del Gobierno de Cantabria, Justo Barreda, entregó ayer la documentación en el Centro del Patrimonio Mundial de la Unesco en París. Así, a propuesta de inscripción del «Arte rupestre paleolítico de la cornisa Cantábrica» en la lista de patrimonio mundial es ya una realidad.