El doctorado, tercer nivel de los estudios universitarios en nuestro país, se ha renovado para adaptarse a la metodología y principios básicos que persigue el futuro Espacio Europeo de Educación Superior (EES). Los requisitos formativos de acceso y el modo de presentación de la tesis de investigación son algunos de los principales cambios que afectan a estas enseñanzas oficiales.
La fecha límite establecida para la convergencia del sistema universitario español con el Espacio Europeo de Educación Superior (EEES) es inminente. El próximo curso 2010-2011, todos los niveles de estudios universitarios deben haberse adaptado para lograr la debida armonización que exige este marco educativo común. Con este objetivo, en el año 2007 se sentaron las bases para realizar una profunda modernización de las universidades de nuestro país. Se estableció una nueva estructura de las enseñanzas superiores en tres ciclos: grado, máster y doctorado. Los dos últimos niveles, conforman en conjunto los denominados estudios de posgrado.
Los cambios en la ordenación de los nuevos títulos de grado y de las enseñanzas de máster han sido importantes. Los estudios de doctorado se han renovado también con el fin de establecer los vínculos adecuados entre el Espacio Europeo de Educación y el Espacio Europeo de Investigación.
Acceso a los estudios
Para obtener el título de doctor es necesario superar un periodo de formación y otro de investigación organizado
El Real Decreto 1393/2007 del Ministerio de Educación establece la ordenación de las enseñanzas universitarias oficiales. Entre ellas, las de doctorado. Su finalidad es la formación avanzada del estudiante en las técnicas de investigación. Al igual que instituía la normativa anterior, este Real Decreto establece que para obtener el título de doctor es necesario superar un periodo de formación y otro de investigación organizado. El conjunto de estas actividades conforma el programa de doctorado.
Para acceder al periodo de formación, el estudiante debe cumplir con las mismas condiciones que para el acceso a las enseñanzas oficiales de máster: debe tener un titulo universitario oficial español u equivalente de otros países. Si quiere ingresar al periodo de investigación del doctorado, es preciso cumplir algunas de las siguientes condiciones:
Las universidades establecen los procedimientos y criterios de admisión correspondientes a cada uno de los programas
Pero estos requisitos no son los únicos. Las universidades, en el ámbito de su autonomía, establecen los procedimientos y criterios de admisión correspondientes a cada uno de los programas de doctorado que imparten. En general, exigen la formación previa del estudiante en determinadas disciplinas, imprescindibles para cursar los estudios con éxito. En muchos casos, las instituciones de educación superior constituyen un programa concreto que integra los 60 créditos del periodo de formación. Estos pueden estar organizados en forma de máster oficial, que se convierte en obligatorio para acceder a un programa de doctorado específico. Es necesario que los solicitantes consulten los requisitos previos de cada doctorado en el que quieran ser admitidos.
La tesis doctoral
Los estudiantes admitidos en el periodo de investigación se matriculan cada curso académico en la universidad en calidad de doctorandos. La matrícula les otorga el derecho a la tutela académica y a la utilización de los recursos necesarios para desarrollar su tesis doctoral. Ésta consiste en un trabajo original de cualquier disciplina elaborado por el candidato al título de doctor. Para su elaboración, la universidad le asigna un director, que debe ser siempre un doctor con experiencia investigadora acreditada. Este mismo perfil es el que deben cumplir los componentes del tribunal que evalúe la tesis.
La comisión del doctorado autorizará la defensa del trabajo de investigación
Una vez finalizada, y previo informe favorable del doctor que la ha dirigido, el investigador debe depositar la tesis en las condiciones que determine cada universidad. El órgano responsable del programa de posgrado la remite a la comisión del doctorado, que procede a autorizar o no la defensa del trabajo de investigación. Si se autoriza, el aspirante a doctor debe exponerlo ante un tribunal compuesto por cinco miembros con el perfil referido. Al finalizar, cada uno de ellos formula por escrito su valoración y se emite una calificación global que puede ser «no apto», «aprobado», «notable» o «sobresaliente».
Si la valoración obtenida tras la evaluación es positiva, el estudiante obtiene el título de doctor por la universidad en la que haya sido aprobada la tesis. El título puede incluir la mención «cum laude» si la calificación global es de sobresaliente y se emite, en tal sentido, el voto favorable de al menos cuatro miembros del tribunal. Se puede obtener la mención «Doctor Europeo» siempre que se cumplan los requisitos exigidos.
En la actualidad, las universidades públicas y privadas españolas ofrecen cerca de 1.000 programas de doctorado. La mayoría se ajusta a los preceptos del Plan de Bolonia. Según los últimos datos del Ministerio de Educación, siguen estas enseñanzas un total de 77.654 estudiantes, una cifra similar a la de años anteriores. Sin embargo, el número de tesis leídas es muy inferior, 7.235. La conjunción de estas cifras aporta un dato relevante: el porcentaje de estudiantes de doctorado que culminan los estudios con el título de doctor no alcanza el 11%.
Una de las principales razones de esta alta tasa de abandono tiene su origen en el amplio periodo de tiempo que se invierte para culminarlos. Este dato aparece reflejado en la Encuesta sobre Recursos Humanos en Ciencia y Tecnología, realizada por el Instituto Nacional de Estadística el pasado año. El estudio, que se refiere a doctores que han obtenido su título en alguna universidad española durante el periodo comprendido entre los años 1990 y 2006, concluye que la edad media para doctorarse es de 34 años. La duración media, desde que se inician los cursos de doctorado hasta que se obtiene el título de doctor, es de seis años.
La encuesta también revela datos sobre la actividad profesional posterior de los doctores. El 96,4% estaba en activo después de finalizar los estudios. El 44,4% tenía empleo en el sector de la Enseñanza Superior y el 35,8% estaba ocupado en la Administración pública.