Pese a que su jubilación está cercana, el telescopio «Hubble» continúa ofreciéndonos imágenes asombrosas del Universo. Esta vez ha retratado las galaxias más distantes observadas hasta ahora por los científicos, aquellas que surgieron poco tiempo después del «Big Bang», el cataclismo que originó el Universo.
Esta fotografía, la más profunda del cosmos obtenida en la historia de la astronomía, se ha logrado con dos instrumentos del telescopio, que a lo largo de cuatro meses escrutaron una pequeña porción del firmamento aparentemente vacía de estrellas, situada junto a la Constelación Fornax (El Horno).
La imagen difundida ayer contiene alrededor de 10.000 galaxias y ofrece una visión del Universo mucha más profunda que las aportadas por este mismo telescopio en dos proyectos similares acometidos en los años 1995 y 1998.
Esta es la tercera ocasión en que el observatorio espacial es utilizado por los astrofísicos para captar la luz de los objetos más distantes del Universo. En la práctica, el «Hubble» actúa como una máquina del tiempo, ya que cuanto más lejos observa en el cosmos, más se acerca a los orígenes del Universo por efecto de su expansión desde su explosiva creación hace unos 13.700 millones de años.
Esta vez, la mirada del «Hubble» ha viajado mucho más lejos y más atrás en el tiempo, al captar la débil luz emitida hace más de 13.000 millones de años por las primeras aglomeraciones de estrellas que comenzaron a recalentar el Universo, tras un periodo de oscuridad y enfriamiento que se produjo poco después del «Big Bang».
Una de las grandes revelaciones de la imagen es la diversidad de formas, tamaños y colores de las primeras galaxias. Algunas adoptaban formas de palillos o brazaletes, muy distintas de las espirales y elípticas que abundan hoy en el cosmos. Todo parece indicar que el Universo era más caótico porque su orden y estructura sólo empezaba entonces a emerger.