Debido a los supuestos beneficios para la memoria, la virilidad, la masa muscular y hasta incluso el humor cada vez más hombres de mediana edad recurren a los suplementos de testosterona para sentirse mejor. Sin embargo, un panel de expertos norteamericanos ha lanzado una advertencia para quienes recurren a esta «píldora de la juventud». Un informe del Instituto de Medicina recomienda que se realicen estudios para saber si los suplementos de testosterona pueden aumentar el riesgo de cáncer de próstata y la formación de trombos.
La FDA, la Agencia del Medicamento norteamericana, aprobó su utilización sólo para determinados casos en los que las condiciones clínicas así lo aconsejaban. Pero su uso se ha extendido a todo aquél que necesita sentirse mejor. Si la llegada de la menopausia en las mujeres representa una súbita caída de estrógenos, en los hombres la caída de testosterona es muy suave y representa un 1% al año, a partir de los 40 años de edad. De ahí el debate médico de considerar real el término de andropausia y la toma de testosterona para contrarrestar la pérdida.
Por otro lado, una nueva investigación presentada en la Reunión de la Society for Neuroscience que se celebra en Nueva Orleans (EE. UU), demuestra cómo las hormonas femeninas parecen jugar un rol importante en la epidemia de obesidad de los norteamericanos. En las mujeres se ha demostrado que una importante ganancia de peso suele producirse en la menopausia, el momento de la vida femenina en el que termina la función de los ciclos ováricos y las hormonas de esta parte del organismo, los estrógenos y la progesterona, disminuyen.