Osamu Shimomura, Martin Chalfie y Roger Y. Tsien han obtenido el Premio Nobel de Química 2008 por el descubrimiento y desarrollo de la proteína verde fluorescente (GFP, por sus siglas en inglés), un hallazgo que, según el jurado, ha revolucionado la ciencia molecular en los últimos años.
Shimomura, que trabaja en el Laboratorio de Biología Marina de Massachussets (Estados Unidos), fue el primero en aislar la citada proteína de la medusa «Aequorea victoria». Este investigador descubrió que bajo una luz ultravioleta, la proteína emitía un color verde fluorescente.
Por su parte, Martin Chalfie, de la Universidad de Columbia en Nueva York, demostró que con la GFP se podían colorear las células transparentes del gusano «Caenorhabditis elegans», uno de los más usados en los laboratorios de todo el mundo, mientras que Roger Y. Tsien, de la Universidad de California en San Diego, logró que GFP iluminará células y proteínas con colores distintos al verde fluorescente.
El gen que codifica la citada proteína se utiliza habitualmente en biología molecular como marcador. Gracias a él se han observado procesos que hasta ahora resultaban invisibles como, por ejemplo, el movimiento de las células cancerígenas. Además, este gen puede ser clave para avanzar en el estudio de males neurodegenerativos como el Alzheimer.