Las abreviaturas «x» y «q», las tildes de las palabras monosílabas y de las mayúsculas, así como los signos de exclamación e interrogación son las principales dudas que han planteado 240 alumnos de Secundaria a algunos de los académicos y miembros del equipo de redacción de la «Ortografía básica de la lengua española», editada por Espasa y cuya presentación ha tenido lugar esta semana en la sede de la Real Academia Española (RAE).
En palabras de Elena Hernández Gómez, responsable del departamento de Español al día de la RAE, en este volumen se han recopilado las opiniones y las críticas que se realizaron a la edición anterior, con el fin de «detectar posibles errores o lagunas». Además, se estudiaron otras ortografías para elaborar lo que el director de la RAE, José Manuel Blecua, ha descrito como «obra útil y científica» de la ortografía española.
La primera cuestión que han formulado los estudiantes de primero y segundo de ESO de cuatro colegios madrileños (Diego Velázquez, Rafaela Ybarra, Caude y Santa María del Camino) es la posibilidad de usar «x» y «q» como abreviaturas de «por» y «que». Según han respondido las redactoras, es necesario distinguir los contextos en los que se usa, ya que no es lo mismo un examen que un mensaje de móvil, aunque han precisado que las abreviaturas han de finalizar con un punto o una barra inclinada.
Las tildes han protagonizado varias de las preguntas de los estudiantes. Una de ellas ha estado relacionada con una de las novedades de la última edición de la «Ortografía de la lengua española», que afecta a la eliminación de la tilde en palabras que en España se pronuncian con dos sílabas y que forman un hiato, pero que en otros países se dicen de manera diferente, como es el caso de «guion». Según ha aclarado una de las redactoras, la supresión del acento gráfico no afecta a cómo se pronuncia. Otra de las tildes que causan problemas a los estudiantes es aquella que se utiliza en palabras monosílabas, como «mí» y «sí», y su inexistencia en otras similares como «ti». En este caso, han explicado que se trata de tildes diacríticas, cuya función es la de diferenciar dos palabras que se escriben de la misma forma.
Los signos de interrogación y de exclamación también suscitan dudas a los estudiantes, acostumbrados a utilizar tan solo el signo que cierra la frase y prescindir del signo con el que se debe abrir una pregunta o una exclamación. «En inglés no es necesario usarlos al comienzo de una oración, pero en español se necesita para no confundir el sentido de la expresión», han señalado.
En la lengua española aún se mantienen lo que las redactoras del volumen presentado el 8 de mayo han denominado «fósiles», es decir, formas antiguas de escribir ciertos fonemas que se emplean en algunos nombres propios, para mantener la «unidad» del lenguaje y también por «respeto» a los países en los que aún se usan. Es el caso de México y de Texas, una de las dudas que se han presentado. A partir de 1815, la RAE decidió que el sonido de la «j» no debía escribirse con «x», aunque se han mantenido algunas excepciones. En este sentido, Blecua ha destacado que la «x» que se escribe en las palabras citadas, a diferencia de otras como «examen» o «taxi», han de pronunciarse como la «j».