Los ministros de Ciencia y Tecnología de España e Iberoamérica se comprometieron ayer, tras dos días de reuniones de trabajo en Madrid, a que la inversión en ciencia y tecnología alcance el 1 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB), para lo que se hará un «esfuerzo progresivo» a fin de ir aumentando anualmente en una décima del PIB.
«Fijamos como objetivo necesario y deseable, incrementando anualmente, haciendo el máximo esfuerzo que las circunstancias permitan, la inversión en ciencia, tecnología e innovación en el orden del 0,1 por ciento del PIB, para que como mínimo cada uno de los países alcancen el 1 por ciento del PIB», indica el texto de la Declaración Final firmada tras la primera reunión preparatoria de ministros de Ciencia y Tecnología de la Comunidad Iberoamericana.
El ministro español de Ciencia y Tecnología, Juan Costa, mostró su «convicción plena y asumida» de que la inversión en conocimiento es «la mejor apuesta» que la comunidad iberoamericana puede hacer en beneficio de su desarrollo económico e industrial, según declaró durante una conferencia de prensa junto a su homólogo boliviano, Hugo Carvajal, en la sede del Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria (INIA).
Costa precisó que acordaron la posibilidad de que exista un Plan Estratégico de Cooperación entre los países de la región en el ámbito de la investigación y el desarrollo, que permita «coordinar políticas, objetivos e instrumentos, y compartir el conocimiento, para que exista una verdadera comunidad científica iberoamericana».
El ministro aseguró que España se compromete a trabajar para que los programas europeos permitan dedicar parte de los recursos de la Unión Europea a programas concretos en Iberoamérica. «Se promoverá la inclusión de la temática de ciencia y tecnología en la agenda de negociación de los nuevos tratados internacionales para disminuir la brecha tecnológica», añadió.
En este contexto, el ministro boliviano consideró «fundamental» que los países de la región busquen recursos financieros para poder llevar adelante estos programas, a través de varios mecanismos, con el objetivo de que no se queden en «meras declaraciones formales», para llegar, «de manera gradual y escalonada», al ideal del 1 por ciento del PIB destinado a inversión en ciencia y tecnología.
Los ministros destacaron la necesidad de promover, en el marco de las cumbres iberoamericanas de jefes de Estado y de Gobierno, la «sinergia y complementariedad» de las instituciones de educación superior, los centros de investigación y desarrollo y las empresas en Iberoamérica para lograr el desarrollo de capacidades científicas y tecnológicas propias en la región.
«La ciencia y la tecnología constituyen componentes esenciales y estratégicos en los procesos de desarrollo de nuestras sociedades, en la generación de riqueza y bienestar mediante innovaciones de alto valor añadido, como en la prestación de servicios sociales y adopción de políticas públicas eficaces, que coadyuven a los esfuerzos de nuestras sociedades en disminuir la pobreza y combatir el hambre y la miseria», indica la Declaración Final.
Los ministros consideran que la cooperación en el ámbito de la ciencia y la tecnología, desarrollada con pleno respeto a los marcos jurídicos nacionales, sus respectivos entornos culturales, sociales y medioambientales, así como la diversidad de las naciones iberoamericanas, es un «instrumento dinamizador» de la creatividad y de la innovación, y por ello, un «elemento fundamental» para el desarrollo sostenible de los países de la región.
Asimismo, los ministros acordaron promover el «fortalecimiento y la integración» de instrumentos adecuados en el plano legislativo y financiero para la ciencia, la tecnología e innovación, de acuerdo con las necesidades de cada país, «para ser capaces de dinamizar la coordinación entre programas y proyectos nacionales, regionales e internacionales».