El zoólogo Gerald Mayr, del Museo de Historia Natural de Francfort, y su equipo han localizado en el sureste de Alemania fósiles de colibrí que demuestran que este diminuto pájaro, que actualmente sólo vive en el continente americano, era hace 30 millones de años un habitante del Viejo Mundo, es decir, Europa, Asia, África y Australia.
Los restos, que miden unos 4 centímetros desde la cabeza a la cola, son los primeros huesos de este pájaro que presentan un «diseño moderno» en el Viejo Mundo, relata Mayr en la revista «Science». Este descubrimiento, añade, supone la primera evidencia del parecido esencial de estos colibríes con sus modernos congéneres americanos.
Las tres características claves que asemejan a estos colibríes con los actuales son su minúsculo tamaño, el diseño de los huesos de la parte superior del ala -que les permite «planear» sobre las flores al tiempo que se alimentan- y su largo pico, 2,5 veces más grande que su cráneo, con el que succionan el néctar.
Los colibríes evolucionaron junto con las plantas, en su mayor parte flores, que les servían de alimento, por lo que el hallazgo ayuda, a su vez, a «determinar el origen de algunas flores asiáticas y africanas» que siguen existiendo en ausencia de los pájaros «polinizadores» por los que aparecieron, explica el experto alemán, que ha bautizado la especie hallada como «Eurotrochilus inexpectatus», que significa «versión europea inesperada de Trochilus».
Los fósiles más antiguos encontrados hasta ahora de colibrí aparecieron en Sudamérica y tenían «sólo» un millón de años.