La Oficina de Vigilancia Geológica de EE.UU. ha estrenado en su página web (http://pasadena.wr.usgs.gov/step/) un nuevo servicio que permite a los ciudadanos del Estado de California consultar las previsiones sísmicas del día para su zona de residencia.
Este servicio es posible gracias a un equipo de geólogos, liderado por Matthew Gerstenberger, que ha conseguido diseñar un modelo de predicción sísmica a corto plazo para uno de los lugares de la Tierra con mayor riesgo de sufrir terremotos. Sus autores están convencidos de que muy pronto será aplicado también en otros países del mundo sujetos a una actividad geológica especialmente intensa.
El sistema, que se basa en cálculos de probabilidades realizados a partir de la «historia sísmica» de California, parte del hecho de que, en condiciones similares, los eventos sísmicos se comportan de la misma forma. Cada terremoto está, en efecto, precedido por una serie de eventos y seguido por otros. Y el estudio sistemático de muchos de estos eventos puede dar como resultado una pauta. Dicho de otro modo, la probabilidad de que se produzca un terremoto de una determinada intensidad en un lugar también determinado es siempre la misma. El modelo de Gerstenberger asume también que los terremotos pequeños son mucho más numerosos que los grandes. Además, necesita incluir una descripción detallada de cómo las probabilidades de un seísmo varían de lugar a lugar, hecho que puede resultar especialmente controvertido cuando se estudian los bordes de las placas tectónicas, donde la actividad es mayor y más impredecible. Sin embargo, en California ha habido, afirman los científicos, suficientes terremotos en el pasado como para realizar estimaciones razonables.
Dado que diariamente se producen cientos de movimientos sísmicos demasiado débiles como para ser considerados peligrosos, los investigadores optaron por incluir, como valor mínimo de su modelo de predicción, sólo aquellos seísmos «capaces de agrietar un muro o de romper una ventana».
Ley Omori
Gerstenberger y sus colegas tuvieron también en cuenta la Ley Omori, llamada así por el científico japonés que la formuló en 1895. Esta ley viene a decir que cada terremoto con una intensidad considerable está seguido por una serie de sacudidas secundarias, cuya frecuencia disminuye con el tiempo. Dichas réplicas pueden tener cualquier intensidad, incluso superior a la del terremoto original.
El paso final de los geólogos fue el de colocar todos estos datos y modelos matemáticos en un mapa que pudiera ser consultado fácilmente y que ofreciera previsiones locales y en tiempo real.
Los datos sobre los que se basan los mapas ofrecidos por la web de la Oficina de Vigilancia Geológica se actualizan cada hora. El uso principal de estos mapas, admiten sus autores, es educativo, ya que en la mayor parte de los casos las probabilidades de que haya un terremoto en las próximas 24 horas es muy baja.