Un equipo internacional de investigadores, entre ellos un científico del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), ha hallado los ojos fósiles más complejos y antiguos del mundo en un yacimiento paleontológico al sur de Australia. Los ojos, «muy bien conservados», pertenecieron a una especie de artrópodo marino que poblaba la Tierra hace 515 millones de años y que tenía un modo de vida similar al de una langosta, informó el organismo público de investigación.
Los ojos, de un centímetro de diámetro, están formados por miles de pequeñas lentes, igual que los de algunos insectos y crustáceos de la actualidad. Pertenecieron con probabilidad a un animal grande, activo y cazador y, por el tamaño del ojo, los científicos creen que podría medir unos 20 centímetros. «Ya se habían hallado antes ojos compuestos fósiles, pero nunca tan complejos. Cada uno está formado por más de 3.000 pequeñas lentes, lo que hacía que el animal tuviera una visión muy aguda. Además, una zona de lentes más grandes, similar a la que tienen las libélulas, le permitía ver en ambientes de poca luminosidad», detalló el investigador del CSIC en el Instituto de Geociencias, Diego García-Bellido.
El hallazgo ha tenido lugar en unas rocas de la localidad de Emu Bay Shale, en la Isla Canguro. Los sedimentos que contienen los fósiles se depositaron poco después de la «explosión» de diversidad del periodo Cámbrico, un evento evolutivo que marcó, hace entre 540 y 520 millones de años, la aparición de casi todos los grupos animales actuales, como los artrópodos, moluscos, equinodermos o cordados, explicó el CSIC.
Hasta ahora se conocían los ojos mineralizados de los trilobites, un tipo extinto de artrópodos emparentados con los cangrejos, los escorpiones o los insectos, que poblaron los océanos durante el Paleozoico (hace entre 540 y 250 millones de años). «Los ojos del artrópodo que hemos encontrado son mucho más elaborados que los de los trilobites con quienes convivían: tienen 3.000 lentes en comparación con las 100 de los trilobites y el diámetro de cada una de ellas también es mayor», aseguró García-Bellido.
Las excavaciones en Emu Bay Shale, lideradas por el South Australian Museum, comenzaron en 2007. Desde entonces, este equipo de investigadores ha sacado a la luz más de 5.000 ejemplares de unas 50 especies marinas distintas, muchas todavía sin describir. Entre los fósiles encontrados, ubicados solo a un metro y medio de profundidad, destacan varias especies de trilobites, varios tipos de artrópodos no emparentados con ningún grupo actual, numerosos gusanos marinos, algas, esponjas y braquiópodos, entre otros. El último hallazgo aparece recogido en el último número de la revista «Nature».