La actividad volcánica jugó un papel fundamental en la forja de la superficie de Mercurio. Ésta es una de las conclusiones a la que han llegado los científicos tras estudiar los datos recogidos por la nave «Messenger», que se aproximó en enero al planeta más cercano al Sol.
Las imágenes enviadas por el ingenio de la NASA ofrecen fuertes evidencias de que los volcanes fueron claves en la formación de la superficie de Mercurio, según dijo el geólogo James Head, de la Universidad Brown en Providence (Estados Unidos).
En 1975, la sonda «Mariner 10», la última nave que pasó cerca del planeta repleto de cráteres, envió imágenes que mostraban suaves llanuras que cubrían gran parte de su superficie. Sin embargo, los investigadores no se pusieron de acuerdo sobre si esas llanuras fueron creadas por la actividad volcánica o por escombros que cayeron en la superficie después de que meteoritos impactaran en Mercurio.
Los expertos creen ahora que el vulcanismo a gran escala probablemente tomó la forma tanto de enormes flujos de lava como de erupciones violentas, de acuerdo a características del suelo observadas en las imágenes enviadas por «Messenger».
La actividad volcánica ocurrió hace 3.000 ó 4.000 millones de años, aseguran los científicos, que descartan la existencia de volcanismo activo actualmente en la superficie del planeta.
Los siete instrumentos científicos de la sonda «Messenger» también han enviado información sobre el campo magnético de Mercurio y datos que ponen de manifiesto que el planeta, extremadamente denso, se ha ido encogiendo más de lo esperado a través del tiempo.