Las celebraciones populares y de las autoridades por la elección de la milenaria ciudadela inca de Machu Picchu como una de las nuevas siete maravillas del mundo han estado seguidas también en Perú por advertencias sobre el futuro de este enclave y los peligros para su estado de conservación.
Estas críticas se basan en las estimaciones oficiales de visitantes diarios para los meses siguientes: 5.000 en vez de los actuales 1.800, un nivel considerado ya crítico por especialistas. Hay un riesgo de destrucción de Machu Picchu incentivado por el apetito mercantilista de las industrias envueltas en la elección de las nuevas maravillas, alertó el arqueólogo Luis Lumbreras, ex responsable del estatal Instituto Nacional de Cultura. Lumbreras defendió las críticas de la UNESCO a la elección.
Machu Picchu tiene capacidad para recibir 2.500 visitantes diarios, pero no todos al mismo tiempo. En marzo de 2007 el Instituto Geológico sugirió reducir a 5 días semanales las visitas de turistas para reducir los riesgos de un deslizamiento. No obstante, las autoridades del Cusco (sureste), donde se encuentra Machu Picchu, señalaron que desde hace meses analizan la posibilidad de incrementar el número de visitas diarias de un modo racional, según Jean Paul Benavente, jefe de la Dirección Regional de Turismo.
Desde el año 2006 la UNESCO observa con lupa el estado de conservación de Machu Picchu debido a la construcción de un puente en una zona cercana que ha puesto en peligro su condición de Patrimonio Histórico Cultural de la Humanidad. El organismo acordó ese año en su reunión del Comité de Patrimonio Mundial en Lituania evaluar las medidas del gobierno peruano alrededor de la ciudadela inca antes de ponerla en una lista de riesgo.