Observaciones realizadas a través del telescopio espacial «Spitzer» de la NASA han permito a científicos holandeses descubrir la existencia de los ingredientes básicos de los precursores de ADN en el polvo que rodea a la estrella IRS 46, situada en la Constelación de Ophiucus (a unos 375 años luz de la Tierra), informó el Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL, sus siglas en inglés) de la agencia espacial.
Esos ingredientes fueron detectados en la zona planetaria de la estrella, una región donde se cree que surgieron planetas de naturaleza rocosa, como la Tierra. Según los científicos, ésta es la primera vez que se capta la existencia de gases acetileno y cianuro de hidrógeno en una zona planetaria que no corresponde a la del Sistema Solar. «Ese sistema podría tener una apariencia similar al nuestro de hace miles de millones de años, mucho antes de que la vida apareciera en la Tierra», dijo Fred Lahuis, del Observatorio Leinde, en Holanda.
La estrella está rodeada por un anillo plano de gases y polvo que, en última instancia, se aglutinan para dar forma a los planetas. Cuando los astrónomos sondearon este anillo con el espectrómetro infrarrojo del «Spitzer», encontraron los «códigos de barra» moleculares de grandes cantidades de gases de acetileno y cianuro de hidrógeno, así como de dióxido de carbono. El equipo observó 100 estrellas jóvenes similares, pero sólo una de ellas, la IRS 46, mostraba inequívocos signos de esta mezcla orgánica.
Los gases orgánicos como los descubiertos en torno a esta estrella también han sido detectados en nuestro Sistema Solar, especialmente en la atmósfera de planetas gigantes y en Titán, una de las lunas de Saturno, así como en la superficie de los cometas. Según el JPL, se cree que ese tipo de moléculas llegaron a la Tierra hace miles de años traídas por cometas o por el polvo de éstos. En presencia de agua, el acetileno y el cianuro de hidrógeno se unen y forman las unidades químicas esenciales de la vida: el ADN y las proteínas.