A diferencia de los demás mundos sólidos, la Luna no se formó como consecuencia de la acreción de materiales en un Sistema Solar primitivo, sino a causa del gigantesco impacto de un cuerpo del tamaño de Marte contra una Tierra en plena formación y que aún no había terminado el proceso que la llevaría a convertirse en un cuerpo sólido.
Dicho impacto, que según los científicos se produjo hacia el final del mencionado periodo de acreción, sería responsable del último 10% de materia que forma la Tierra. Por ello, conocer con exactitud la edad de la Luna sería la mejor manera de saber, también, el momento exacto de la formación de nuestro planeta.
Científicos del Instituto de Mineralogía de Münster (Alemania) acaban de determinar que el impacto contra la Tierra que dio origen a la Luna se produjo apenas 30 millones de años después de la formación del propio Sistema Solar. Asimismo, el océano lunar de magma primitivo se convirtió en un cuerpo sólido «sólo» unos 20 millones de años después de la colisión.
El impacto, según los investigadores, fue lo suficientemente violento como para «expulsar» una enorme cantidad de escombros hasta la órbita terrestre, a partir de los cuales pudo formarse después nuestro satélite. El calor provocado por la colisión bastó para «mezclar» todo este material fundido en un enorme océano de magma. Los científicos explican en la revista «Science» la manera en que han conseguido realizar esta precisa datación, a partir de la presencia de tungsteno-182, un producto de muy corta vida de la familia del hafnio-182.
Los investigadores analizaron estos isótopos de tungsteno en muestras metálicas traídas a la Tierra por las diferentes misiones «Apolo» de la NASA y, a partir de ellas, consiguieron determinar que el impacto que dio origen a la Luna tuvo lugar apenas 30 millones de años después de la formación del Sistema Solar, hace más de 4.500 millones de años.