El «Cosmos-1», la primera nave espacial propulsada por velas solares que fue lanzada ayer desde un submarino nuclear ruso en el Mar de Barents, no ha alcanzado la órbita prevista, según la agencia de noticias rusa Interfax, que cita fuentes de las instituciones espaciales del país. Sin embargo, el centro de mando de la Agencia Espacial Rusa (Roskosmos) no ha confirmado ni desmentido nada. Lo que sí parece seguro es que se ha perdido el contacto con la nave, que se puede observar a simple vista desde la Tierra.
No obstante, un equipo de científicos estadounidenses asegura haber detectado una señal del velero espacial. La señal ha sido captada desde el telescopio de Majuro, en las Islas Marshall, en el Pacífico, que está situado relativamente cerca del lugar por donde tendría que pasar la «Cosmos-1» en su primera órbita de la Tierra.
Los datos de telemetría recibidos por las tres estaciones de seguimiento -en el Pacífico, Rusia y la República Checa- parecen mostrar que la «Cosmos-1» está en órbita, aunque ésta es algo más baja de lo esperado, según los técnicos rusos, que afirman que lo más preocupante es que no saben exactamente dónde está la nave.
Dentro de cinco días, el velero, con una masa equivalente a 100 kilogramos, debería desplegar sus ocho velas para captar el viento solar y continuar su vuelo en torno a la Tierra durante aproximadamente un mes. Estas velas son muy finas -de un grosor de cinco micrones- y están construidas en mylar (una lámina flexible que refleja la luz y evita que la radiación térmica solar penetre).