Las últimas observaciones espaciales de varias misiones internacionales parecen confirmar la presencia de agua en la superficie de la Luna. Este hallazgo obliga a la comunidad científica a revisar la idea de que este satélite es un astro árido e inerte. Por otra parte, se ha encontrado hielo puro en Marte, lejos de los polos marcianos donde se creía confinado. La revista «Science» publica ambos descubrimientos.
Instrumentos de la NASA a bordo de la sonda india «Chandrayaan-1», lanzada a finales de 2008, y espectrómetros instalados en las sondas «Cassini» y «Epoxi» han confirmado la existencia de agua al analizar la luz que refleja la superficie de la Luna y detectar longitudes de onda compatibles con el enlace químico entre dos moléculas de hidrógeno y uno de oxígeno (H2O). Sólo se han podido captar detalles en un nivel muy superficial de la corteza lunar, apenas unos pocos centímetros bajo la superficie, pero suficientes, según los científicos, para deducir la presencia de agua, que antes se creía limitada a algunos cráteres en sombra perpetua en los polos de la Luna.
«Cuando decimos que hay agua en la Luna no hablamos de lagos u océanos. Agua en la Luna significa moléculas de agua e hidróxilo (un átomo de hidrógeno y otro de oxígeno) que interactúan con moléculas de polvo y roca en las capas superiores de manera específica», explica Carle Pieters, geóloga de la Universidad de Brown y autora principal de uno de los artículos publicados. Todavía se desconoce el origen cierto de esas moléculas de agua, que podrían ser de origen exógeno, provenientes de otros cuerpos externos como meteoritos o cometas impactados contra la superficie lunar, o endógeno, desde el interior del satélite.
La existencia de agua también podría relacionarse con los vientos solares, mantiene otro de los participantes en el trabajo, Larry Taylor, de la Universidad de Tennessee. El proceso de fusión nuclear natural del Sol emite un constante flujo de partículas, protones sobre todo, que reaccionan con el oxígeno del suelo y crean moléculas de agua. La presencia de éstas, aunque limitada, abre nuevas expectativas al renovado interés por futuras misiones a la Luna y, tal vez, para la creación de bases habilitadas con la tecnología necesaria para extraer agua u obtener aire respirable. «Si se pudiera estrujar un metro cúbico de suelo lunar, se obtendría un litro de agua», apunta Taylor.
Hielo puro en Marte
El segundo hallazgo está relacionado con Marte. Las cámaras de otra sonda de la NASA, la «Mars Reconnaissance Orbiter», identificaron el año pasado cráteres recientes provocados por el impacto de meteoritos contra la superficie marciana. La sorpresa llegó cuando se descubrió la existencia de hielo en el fondo de los agujeros. Se conoce la que hay hielo bajo la superficie de los polos del planeta rojo, pero se ha descubierto que los cráteres helados están en latitudes insólitas, muy cerca del ecuador, donde antes no había constancia alguna ni se esperaba «dado el clima actual de Marte», indica Shane Byrne, de la Universidad de Arizona.
Otro dato sorprendente es el grado de pureza del hielo expuesto por el impacto del meteorito. Dado que el agua se acumula bajo la superficie, en un primer momento se creyó que sería una mezcla al 50% de polvo y hielo. Más tarde se determinó, «por el tiempo que tardó el hielo en desaparecer, que había sólo un 1% de polvo y el 99% restante era hielo puro», aseguró Byrne. Este hielo es una reliquia de un clima pasado mucho más húmedo en Marte no hace tanto tiempo. «Quizá sólo unos miles de años atrás», agrega.