El pesimismo de los responsables de la misión de la nave «Génesis», que se estrelló el miércoles en Utah (EE.UU.) con una carga de muestras de viento solar, dio ayer paso a la esperanza, cuando los técnicos de la NASA empezaron a examinar los restos de la cápsula y el contenedor con las partículas extraterrestres fue almacenado en un lugar libre de contaminación. «No ha sido un desastre total. No hemos perdido todo el material científico en el choque», dijo Carlton Allen, conservador del Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL), en Pasadena, y uno de los más optimistas.
La cápsula, de 200 kilos y el tamaño de una rueda de camión, cayó el miércoles en el desierto de Utah a 309 kilómetros por hora, al no desplegarse sus paracaídas. El accidente hizo a los técnicos de la NASA y sus colaboradores europeos temer lo peor. Ayer, sin embargo, había lugar para la esperanza a ambos lados del Atlántico. «Probablemente, no ha sido una misión catastrófica. Tenemos las muestras. La cuestión es saber qué cantidad ha resultado contaminada y qué cantidad puede recuperarse», indicó Donald R. Sevilla, uno de los ingenieros del equipo de rescate.
El Centro Francés de Investigación Petrográfica y Geoquímica (CFPG), que ha participado en la misión, considera «perfectamente verosímil que una parte de las muestras sea analizable, porque las partículas de viento solar estaban en la cápsula a una profundidad que garantiza su preservación de la contaminación terrestre». En un comunicado, el CFPG destacó que «la preparación del análisis de las muestras continúa como estaba previsto».
La NASA va a crear un comité investigador del accidente, que comenzará a trabajar inmediatamente. El hecho de que todas las cargas explosivas que deberían haber facilitado el despliegue de los paracaídas estén intactas apunta a un problema técnico.
La próxima nave que seguirá los pasos de la «Génesis» será la «Stardust», que dentro de quince meses volverá a la Tierra con partículas de un cometa y de polvo interestelar, que permitirán remontarse a los primeros tiempos del Sistema Solar. Además, la NASA tiene previsto lanzar, en 2011 ó 2014, una nave automática que traerá a la Tierra rocas marcianas.