La NASA lanzó ayer con éxito desde Cabo Cañaveral (Florida) el satélite «Swift», que investigará fenómenos espaciales y particularmente las misteriosas explosiones de rayos gamma. El proyecto ha sido puesto en marcha por la agencia aeroespacial estadounidense y cuenta con la cooperación del Reino Unido e Italia.
Este observatorio espacial, cuyo lanzamiento había sido aplazado durante semanas como consecuencia de huracanes y tormentas tropicales en la región, y desde el miércoles pasado a causa de problemas en la nave, escudriñará esas violentas explosiones que los expertos consideran que representan la creación de los agujeros negros.
El satélite «Swift», que tiene un costo de 250 millones de dólares, y un peso de únicamente 1.470 kilogramos, empezará su tarea de búsqueda en enero próximo, según los expertos de la NASA.
El «Swift», que tendrá una vida útil de dos años, apuntará sus dos telescopios a las enormes explosiones registradas a miles de millones de años luz de la Tierra, las cuales originan una intensa radiación de rayos gamma. La única explosión más grande que estos estallidos fueron las del Big Bang que dieron origen al Universo, según las teorías astrofísicas.
Las explosiones provienen de diferentes direcciones y duran desde unos pocos milisegundos a varios minutos y, según algunos científicos, serían el preludio del nacimiento de los agujeros negros tras una enorme conflagración estelar. También se cree que son producto de la colisión de estrellas neutrónicas.
La NASA puso en órbita en 1991 el observatorio Compton Gamma Ray, que pudo determinar que las poderosas explosiones cósmicas, que también investigará el nuevo satélite lanzado ayer, tuvieron su origen fuera de nuestra galaxia.