El 10 de agosto de 2005 es la fecha de lanzamiento de la nueva sonda «Mars Reconnaissance Orbiter» (MRO), según han adelantado con total certeza los ingenieros y técnicos de la agencia espacial estadounidense (NASA) que la están construyendo. El momento del lanzamiento no se ha elegido al azar, sino que ese día es aproximadamente diez semanas antes del próximo acercamiento de la Tierra con el Planeta Rojo. Según los cálculos iniciales, el dispositivo llegará a Marte en marzo de 2006.
Mientras nuestro planeta se aleja del Planeta Rojo, después de su máximo acercamiento el pasado mes de agosto, la NASA culmina el desarrollo de la nueva sonda espacial, que llevará a cabo una inspección más a fondo del planeta que cualquier otro ingenio anterior. Examinará pequeños detalles del terreno con la ayuda de la cámara telescópica más precisa jamás enviada a la órbita de un planeta.
Dos toneladas de peso
El resto de los instrumentos que llevará a bordo explorarán las capas subterráneas en busca de agua y hielo, para identificar la composición y el origen de los minerales superficiales, seguir el rastro de los cambios del agua atmosférica y el polvo.
El director de este proyecto, James Graf, explicó que en el transcurso de este mes se completará la estructura primaria de la sonda, que tendrá un peso de 220 kilogramos. Sin embargo, en el momento del lanzamiento al espacio y con el equipo científico ya instalado en su interior, la «MRO» superará las dos toneladas. «El objetivo de la sonda es continuar la estrategia de la NASA de seguir buscando agua en Marte», subrayó Richard Zurek, uno de los científicos que participan en el diseño de esta misión.
Sondeando bajo la superficie de Marte con la penetración de un radar, la «MRO» comprobará si el agua helada que descubrió la «Mars Odyssey» a dos metros bajo la superficie existe a una profundidad mayor, quizás como depósitos de agua derretida. Sobre la superficie, el instrumento que explorará la atmósfera marciana supervisará los cambios del vapor del agua en altitudes diferentes y hasta podría localizar las zonas donde el vapor está penetrando en la atmósfera a través de respiraderos subterráneos, siempre que este fenómeno sucediese en Marte.