La Organización Mundial de la Salud (OMS) y los ministros de Sanidad de 11 países asiáticos han acordado una serie de medidas dirigidas a mejorar su capacidad de respuesta en el caso de que la región vuelva a sufrir un desastre natural similar al tsunami del año pasado.
Según ha indicado la OMS, el objetivo es reforzar las infraestructuras en materia de salud pública, haciendo especial énfasis en las políticas educativas, así como en la mejora del acceso a medicinas y vacunas.
El director de la OMS para la región del sudeste asiático, Samlee Plianbang Chang, ha señalado la necesidad de unir esfuerzos en la colaboración entre las agencias sanitarias, recogiendo la experiencia del tsunami y extremando las medidas de alerta ante una situación de emergencia.
Por su parte, el director general de la OMS, Lee Jong Wook, ha instado a los países afectados por el tsunami a llevar a cabo acciones para evitar brotes de enfermedad en el caso de que se produzca un desastre natural como el del año pasado.
El pasado 26 de diciembre un tsunami arrasó 11 países bañados por el Océano Índico, provocando la muerte de más de 170.000 personas y la desaparición de otras 50.000, presumiblemente fallecidas.