El precio medio de estudiar en una universidad pública española es de los más altos de la Unión Europea (UE), pese a que el sistema de becas es de los más débiles, por lo que el decreto ley del Gobierno que pretende actualizar al alza los precios de las matrículas agravará todavía más esta situación. Esta es una de las principales conclusiones de un estudio elaborado por el Observatorio del Sistema Universitario, presentado en Barcelona, y que ha cuantificado en un 19,88% el porcentaje sobre el total del coste de la docencia que pagaban los estudiantes españoles en el curso 2008-2009, para lo que se han tomado como referencia datos consolidados publicados por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
El rector de la Universidad de Barcelona (UB), Dídac Ramírez, ha considerado a tenor de los resultados expuestos que la cifra del 15% ofrecida por la Generalitat de Cataluña y el Gobierno para defender la actualización de precios es un «tópico y una falsedad» que se puede desmontar desde el rigor y la objetividad. El informe ha analizado los precios públicos de todas las universidades y, pese a evidenciar que existe una gran disparidad incluso dentro de una misma comunidad autónoma, ha señalado que en el conjunto de Europa solo Portugal, Holanda, Italia, Irlanda y Gran Bretaña presentan precios superiores a los de España. Ramírez ha criticado el decreto ley por entender que ha sido «precipitado y técnicamente débil».
La coordinadora del informe y profesora de la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC), Vera Sacristán, ha explicado que la cifra del 20% que pagaron los estudiantes dos años atrás se basa en cálculos conservadores que discriminan el coste real de la universidades entre el 60% que se destina a docencia en los presupuestos y el 40% que se dedica a investigación, algo que no hacen los cálculos de la Administración. La comparación con el resto de países de la UE y también de la OCDE constata que el precio que pagan los estudiantes en cada universidad no guarda correlación ni con la riqueza del país ni con la demografía, por lo que Sacristán ha expuesto que el modelo de educación superior de cada país responde finalmente a «decisiones políticas».
Por ello, ha advertido que la subida del precio podría tener consecuencias negativas en la movilidad social y en la igualdad de oportunidades, y ha puesto como ejemplo lo observado en Gran Bretaña con el incremento de tasas decretado por David Cameron, y que ya refleja un descenso en el número de universitarios y una mayor tendencia a estudiar cerca de casa para evitar costes de desplazamiento. En el caso de Cataluña, las últimas subidas apuntan a que los estudiantes ya pagan el 21,3% del coste de la docencia, por lo que si se cumpliera el decreto ley que apunta a una horquilla de entre el 15% y el 25% incluso se podría dar una rebaja de precios, ha asegurado Sacristán, que ha añadido que todo ello hace de Cataluña una de las comunidades donde la universidad es más cara, también en el caso de másteres, doctorados y otras tasas específicas como la expedición de títulos.
Si se toman como buenas las cifras de Gobierno y Generalitat, el estudio apunta a que los precios podrían aumentar el próximo curso hasta un 66%, cuando los estudiantes «no tendrían por qué pagar los costes de investigación», han insistido, si bien han criticado que el decreto tiene a día de hoy unas consecuencias imprevisibles. Actualmente los estudios de humanidades y ciencias sociales y jurídicas en Cataluña cuestan unos 900 euros por curso sin tener en cuenta recargos por repeticiones -pasarían a costar 1.500 euros-, los estudios científicos e ingenierías suman unos 1.300 euros -se elevarían a los 2.100 euros-, y los relacionados con las ciencias de la salud podrían pasar de los 1.400 a los 2.300 euros.