El Ministerio de Educación y Ciencia ha enviado a las comunidades autónomas la propuesta de Real Decreto del nuevo Bachillerato, que recoge la nueva regulación de la promoción entre cursos.
El decreto indica que los alumnos de primero de Bachillerato que aprueben más de la mitad de las materias del curso pero no puedan pasar a segundo sólo tendrán que repetir las asignaturas suspendidas y, al mismo tiempo, podrán estudiar algunas de segundo según determinen las autonomías y los centros.
Tres modalidades
El Ministerio refuerza la carga lectiva de las asignaturas propias de cada modalidad de Bachillerato, que pasaría a 540 horas (90 por materia).
Las modalidades serán tres: Artes (Escénicas y Plásticas), Ciencias y Tecnología, y Humanidades y Ciencias Sociales. Todos los alumnos estudiarán materias comunes, entre ellas la nueva Ciencias para el Mundo Contemporáneo y Filosofía y Ciudadanía.
Cada alumno deberá elegir seis asignaturas, de las que una podrá ser de otra modalidad. En relación con las optativas, que decidirá cada comunidad, podrá elegirse también una materia de modalidad. De esta forma podrían cursarse hasta siete asignaturas de la misma modalidad de Bachillerato.
Educación establecerá además qué materias deberán estudiarse como mínimo en segundo de Bachillerato, ya que la futura prueba de acceso a la universidad versará sobre ellas.
Asimismo, el Ministerio regulará el 55% y el 65% de los horarios escolares para los contenidos básicos según se trate de comunidades con lengua cooficial o no, respectivamente.
Opiniones dispares
El proyecto de Real Decreto de enseñanzas mínimas para el Bachillerato ha provocado todo tipo de reacciones. A favor, las de la Confederación Española de Asociaciones de Padres de Alumnos (CEAPA), la Federación de Enseñanza de UGT (FETE-UGT) y la Unión Democrática de Estudiantes (UDE); en contra, las de la Confederación Nacional Católica de Asociaciones de Padres de Alumnos (CONCAPA) y la Confederación Española de Centros de Enseñanza (CECE).
CEAPA ve «bien» la reforma, al considerar que establece una especie de «bachillerato en tres años» que permitirá adaptar esta etapa al ritmo de cada estudiante y sus circunstancias personales. «Más de lo mismo nunca produce mayor aprendizaje», destacó su presidenta, Lola Abelló.
En cambio, para CONCAPA la remodelación ideada por el Gobierno reduce «de nuevo» la exigencia a los alumnos a quienes se «pretende regalar el título». Esta asociación augura un «ingreso masivo de estudiantes faltos de preparación» en la Universidad «que se estrellarán un poco más tarde, perdiendo un tiempo precioso para su formación».
En esta misma línea, CECE prevé un «caos organizativo brutal» en los centros y «mental» para el alumno. «Aplicar este criterio está bien para la Universidad, pero no para un centro», advierte esta organización.
No opina lo mismo FETE-UGT, que piensa que el poder cursar el Bachillerato en tres años permitirá que algunos alumnos, que actualmente abandonan sus estudios, puedan alcanzar los objetivos de esta etapa mediante una ordenación académica «más adecuada» a sus características y circunstancias personales.
La Unión Democrática de Estudiantes también cree positiva la «flexibilización» introducida por el Ministerio, siempre y cuando se aseguren, mediante una prueba externa, unos «conocimientos mínimos y homologables» al final de la etapa, «con independencia del centro, las comunidades autónomas y los años cursados».