Aquellos alumnos de Educación Secundaria Obligatoria (ESO) que pasen de curso con asignaturas pendientes -un máximo de dos- tendrán la obligación de asistir a unos programas de refuerzo diseñados por los profesores y superar una evaluación específica para demostrar que han adquirido los conocimientos necesarios. Las calificaciones, además, serán tenidas en cuenta a la hora de promocionar y de obtener el título de graduado. Éstas son algunas novedades incorporadas al texto del proyecto de Ley Orgánica de Educación (LOE), aprobado ayer por el Consejo de Ministros para su remisión al Congreso. Esta normativa, que derogará tres legislaciones precedentes, entrará en vigor en el curso 2006-2007 y busca reducir los porcentajes de fracaso escolar entre los adolescentes.
Educación ha apostado por soluciones intermedias para seguir de cerca la evolución del estudiante. Ha endurecido, por ejemplo, los requisitos para promocionar en Secundaria que exigía la LOGSE, pero también ha tenido en cuenta algunos aspectos de la anterior normativa, la LOCE. El Ministerio, en este sentido, elimina la promoción automática en la ESO -una medida muy criticada por profesores y padres- pero, a la vez, permite pasar de curso a los que suspendan dos asignaturas o una. Los que suspendan cuatro deberán repetir y a los que les queden tres, tendrán que esperar la decisión del claustro del centro.
Otras novedades son que los estudiantes podrán repetir dos veces el cuarto curso de ESO -el último-, siempre que no lo haya hecho antes en esa etapa, y, además, podrán realizar una prueba extraordinaria de las materias que no hayan superado si éstas le impiden obtener el graduado en Secundaria.
Éxito escolar
El objetivo último de la LOE es favorecer el éxito en las aulas. Para ello, hace especial énfasis en la necesidad de atender la diversidad del alumnado con programas de refuerzo, diversificación curricular y desdobles en las áreas fundamentales del aprendizaje: lectura, escritura y matemáticas. Convencidos de que éstos son los tres pilares sobre los que se sustentan el resto de asignaturas, el proyecto incluso prevé planes de apoyo en esas áreas desde los primeros años de Primaria para niños con dificultades.
La legislación también modifica la estructura de la ESO, dividida ahora en cuatro cursos y dos ciclos. La nueva Secundaria tendrá tres primeros años académicos comunes para todos los alumnos y el cuarto tendrá «un carácter orientador». Es decir, los jóvenes podrán elegir unas materias y renunciar a otras siempre que cursen las troncales.
Respecto a la asignatura de Religión, Educación no ha variado ni un ápice su postura inicial, pese a la polémica suscitada. De este modo, la enseñanza confesional será siempre optativa en los centros públicos y no contará para promocionar o acceder a la Universidad.