Un equipo de investigadores liderado por Alexander Liu, de la Universidad de Cambridge (Reino Unido), ha descubierto que los elefantes tienen antepasados anfibios. Tras haber analizado químicamente dientes de hace 37 millones de años, provenientes de las extinguidas familias de los moeritéridos y baritéridos, los científicos sostienen que estos paquidermos llevaban un régimen de vida anfibio, a medio camino entre el de los manatíes y el de los elefantes actuales.
«El ancestro común de los proboscídeos -los elefantes- y los sirenios -los manatíes y los dugongos- vivió hace unos 60 millones de años», explica Liu. A su juicio, eso sugiere que en el arranque del linaje de los elefantes hay un anfibio y fue lo que le llevó a investigar los hábitos de dos elefantes primitivos -«Moeritherium» y «Barytherium»- que vivieron en el norte de África en el Eoceno, entre hace 56 y 34 millones de años.
«Moeritherium» y «Barytherium» fueron descubiertos en El Fayum, en Egipto, a comienzos del siglo XX. Hasta ahora, se han encontrado muy pocos restos de ellos y del que más se sabe es del primero. Muy diferente a los elefantes actuales, tenía el tamaño de un tapir y posiblemente un labio superior prensil, en lugar de trompa.
Los hábitos de vida de este elefante primitivo han sido objeto de debate entre los paleontólogos durante décadas. «Se ha argumentado que muchas de las características que ‘Moeritherium’ comparte con las vacas marinas podrían ser resultado de su adaptación a un estilo de vida acuático», comentan los investigadores en las páginas de la revista «Proceedings».
Análisis de isótopos
Ante la escasez de fósiles, Liu y su equipo optaron por hacer un estudio químico de sus dientes para ver qué comían y como vivían tanto «Moeritherium» como «Barytherium». Para ello, analizaron la proporción de isótopos de oxígeno y carbono del esmalte dental de ambos animales. Los isótopos de carbono pueden dar pistas sobre la dieta; los de oxígeno sobre el agua que bebieron, y el conjunto, acerca del medio ambiente en el que se movió el animal. Tras comparar esos datos con los procedentes de otras especies terrestres de la misma época, los científicos concluyeron que «Moeritherium» era semiacuático, mientras que los resultados de «Barytherium» no confirman, pero tampoco descartan, esa posibilidad.
Liu sostiene que «Moeritherium» es un paso intermedio entre el último ancestro común de los proboscídeos y los sirenios y los elefantes modernos. «Creemos que vivió en agua dulce, no en el mar, basándonos en la información isotópica y el estudio de los sedimentos en los que se encontraron los dientes».
El siguiente paso de los investigadores es determinar el modo de vida de los proboscídeos todavía más antiguos para «ver si hay elefantes cada vez más acuáticos según retrocedemos en el tiempo y determinar cuándo los sirenios actuales se separaron evolutivamente de sus parientes semiacuáticos».