El Museo Pedagógico de Arte Infantil (MUPAI) es el principal referente de investigación y estudio de la expresión artística en niños y jóvenes de nuestro país. Manuel Hernández Belver, catedrático de la facultad de Bellas Artes de la Universidad Complutense de Madrid, dirige en la actualidad este espacio innovador destinado a facilitar y mejorar la formación docente en este ámbito. Hernández Belver es, por otra parte, fundador del proyecto CurArte, dirigido a mejorar el bienestar de los niños y adolescentes hospitalizados mediante el diseño de actividades y talleres creativos a su medida y la humanización de los espacios hospitalarios. En su opinión, la educación artística potencia la creatividad y la expresividad, «muestra una nueva forma de ver las cosas desde un enfoque distinto al analítico». Por ello, lamenta que se reduzcan las horas de educación plástica en las escuelas, «a pesar de que quienes estamos involucrados en la pedagogía artística creemos que es esencial».
Quienes calificamos de arte algunas de las obras que realizan los niños somos los adultos, aunque hay quien discute todavía este término y considera que estos trabajos no se pueden conceptuar como arte. Más que valorar la técnica empleada, apreciamos en las obras la frescura, la ligereza o la libertad de expresión que buscaban los artistas de las vanguardias, que fueron los primeros en descubrir la expresividad del arte infantil.
“Para los niños, lo más importante es el proceso de creación artística, no el resultado”
La diferencia más importante entre el arte adulto y el infantil es el objetivo. Los adultos, cuando comenzamos una obra, buscamos terminarla, concretarla en algo, pero los niños no. Para ellos, lo más importante es el proceso de creación artística, no el resultado. Una anécdota muy significativa que sirve para ilustrarlo es el caso real de una niña que había hecho un dibujo precioso, desde nuestra óptica, y en un momento dado usó la pintura negra y tapó todo el dibujo con ella. “¿Por qué haces eso?”, le preguntaron. “Es que se ha hecho de noche”, respondió.
A partir de determinada edad, el niño se acompleja al ver que sus obras no se parecen a las de los adultos, porque desde pequeños en la escuela se les ha enseñado que el arte con mayúsculas es el clásico, que representa obras realistas o figurativas, e intentan acercarse a esto. Creen que sus trabajos hasta ese momento eran tan sólo un entretenimiento. Por suerte, esta mentalidad varía cada vez más, gracias en parte al trabajo y a las actividades que organizan los distintos gabinetes pedagógicos de muchos museos de nuestro país.
“Además de acercarles al mundo del arte, la educación artística les ayuda a desarrollar la visión espacial y estimula la psicomotricidad”
A los alumnos de educación infantil les aporta una formación muy beneficiosa para las primeras edades. Además de acercarles al arte, les ayuda a desarrollar la visión espacial y estimula la psicomotricidad. La educación artística en general aporta a los estudiantes una visión diferente del mundo que les rodea, potencia la creatividad, la expresividad, les muestra una nueva forma de ver las cosas desde un enfoque distinto al analítico, que se utiliza en otras materias curriculares. Es capaz de crear mentes más abiertas.
Cada vez se reducen más las horas de educación plástica en las escuelas, a pesar de que quienes estamos involucrados en la pedagogía artística creemos que es esencial. Si se prescinde de ella, se empobrece la formación y el conocimiento de los estudiantes. Les aporta una formación muy importante para el futuro, que aunque se puede adquirir en ámbitos ajenos a la educación formal, si pensamos en la formación integral de la persona, la decisión de acceder a una educación artística no debería recaer en los padres, en función de que quieran o no dotar a sus hijos de clases suplementarias o actividades extracurriculares.
En el aspecto artístico, está preparado. En la titulación de magisterio, aunque no hay especialidad, sí hay una parte de formación y los titulados en Bellas Artes terminan sus estudios con un nivel bastante alto. Sin embargo, se detectan carencias en la formación pedagógica. Confiamos en que el nuevo máster de formación del profesorado de secundaria contribuya a mejorar la situación.
“A todos los niños les gusta dibujar, pero no de la misma manera, ni con las mismas ganas”
Lo primero que deben tener en cuenta las familias es que a todos los niños les gusta dibujar, pero no de la misma manera, ni con las mismas ganas. Lo fundamental es que disfruten con la actividad, no obligarles. Si es así, es bueno facilitarles la asistencia a talleres y cursos donde puedan dar rienda suelta a su creatividad, llevarles a contemplar exposiciones y colecciones de museos y permitirles el contacto con la naturaleza. Todo ello les ayudará a canalizar su espontaneidad.
Las nuevas tecnologías son una herramienta como cualquier otra. Hay que saber utilizarlas porque por sí solas no son nada, sólo facilitan las tareas si se saben manejar. No obstante, la creatividad y la imaginación, que son fundamentales en el proceso artístico, tienen que salir de uno mismo.
El museo está al servicio de las necesidades de los docentes. Se creó con el fin de mejorar los recursos para la formación del profesorado en este ámbito, como un lugar de documentación donde se pudiera investigar la expresión artística infantil. Acercamos esta disciplina a los alumnos de la facultad de Bellas Artes y ofrecemos orientación especial a quienes vayan a dedicarse a la enseñanza. El museo es un lugar donde la educación es el principal objetivo.
Además de los talleres de arte y creatividad presenciales, que se imparten de forma periódica durante todo el año a grupos de niños y jóvenes de entre 4 y 18 años, otra opción es participar en las actividades on line que desarrolla el museo a través de la página web. Es un programa creativo de intercambio cultural en el que pueden colaborar colegios de todos los países.
“CurArte está enfocado a mejorar las condiciones de vida de los niños y adolescentes hospitalizados a través de la expresión artística”
El proyecto está enfocado a mejorar las condiciones de vida de los niños y adolescentes hospitalizados a través de la expresión artística. La idea es poner a su disposición materiales y actividades creativas que están diseñadas para adaptarse a las limitaciones de estos pacientes y que sean un recurso de salud y bienestar para ellos.
Intentamos atender las necesidades psicosociales de los pacientes pediátricos y de sus familias. Por una parte, a través de talleres de juego y de ocupación del tiempo destinados a niños y jóvenes ingresados y, por otra, mediante la mejora de los entornos físicos de hospitalización pediátrica. Queremos contribuir a favorecer la humanización de la atención hospitalaria y, por eso, trabajamos en proyectos a medida para cada hospital en función de sus necesidades.