Nueve de cada diez estudiantes que abandonan la Educación Secundaria Obligatoria (ESO), el 88%, ha repetido curso alguna vez. Además, a los 10 años, uno de cada diez niños ya no asiste al curso que les corresponde por su edad y el 16 % acumula algún retraso. Son los datos más relevantes recogidos por el volumen número 29 de la Colección de Estudios Sociales «Fracaso y abandono escolar en España».
El informe se ha realizado a partir de un estudio cuantitativo y cualitativo de expedientes de fracaso y de entrevistas a alumnos y docentes. Elaborado por la Fundación «La Caixa», se plantea analizar tanto el abandono escolar como las causas que lo provocan y que se manifiestan en los diferentes niveles educativos (educación primaria, educación secundaria, bachillerato y ciclos formativos de gradomedio).
Los autores del documento, entre los que se encuentran Mariano Fernández, catedrático de Sociología de la Universidad de Salamanca, y Luis Mena y Jaime Riviere, profesores de la misma universidad en el Departamento de Sociología y Comunicación, concluyen que el abandono escolar prematuro no es una decisión puntual del estudiante, «sino un proceso de progresiva desvinculación de la escuela, que tiene su origen mucho tiempo antes de que el problema se manifieste».
Esta desafección de los alumnos se demuestra en forma de problemas disciplinarios, absentismo, bajas calificaciones o asignaturas a las que no se presentan. En relación al alto índice de las faltas de asistencia no justificadas, supone el 91% de los 856 expedientes analizados y sólo un 28% de los estudiantes que abandonan presentan «problemas disciplinarios serios». Estos problemas se concentran entre los que abandonan antes, de manera que el 60% de los alumnos que abandonan el primer ciclo de la ESO tiene o ha tenido problemas de disciplina.
El informe revela que todos estos indicadores se manifiestan y se acumulan durante todas las fases educativas de la primaria y la secundaria, aunque el proceso del fracaso escolar se acentúa en la educación secundaria obligatoria, cuando legalmente los estudiantes pueden abandonar los estudios (a partir de los 16 años). En la escuela pública el paso a la ESO implica un cambio de centro que conlleva un cambio en la relación con el profesor, «que en el instituto se limita a preocuparse por su asignatura y no tiene en cuenta la realidad total de cada alumno, lo que aumenta el riesgo de desenganche de la escuela».
En la actualidad, el 31 % de alumnos españoles no consigue la titulación mínima obligatoria. «Y la situación empeora», destaca el estudio, que dice que «desde que se implantó la reforma educativa en el curso 1999-2000 ha bajado un 4,2 % el porcentaje de los que consiguen el título».
Educación postobligatoria
En Bachillerato o ciclos formativos de grado medio, el número de graduados en nuestro país es del 62%, muy alejado de las tasas de otros países de nuestro entorno y 23 puntos inferior al objetivo marcado por la UE para el año 2010. El 71% de los alumnos que continúan con su formación académica tras aprobar la ESO apuesta por el Bachillerato, que es donde también se concentran los fracasos. Sólo el 28% restante opta por los ciclos formativos de grado medio.
Los autores de informe concluyen que hay un problema básico de fondo. La mayoría de los alumnos son orientados hacia el Bachillerato, un título dirigido a estudios posteriores, «cuando probablemente habrían logrado el éxito escolar si hubieran elegido los ciclos formativos de grado medio». Según los expedientes analizados, el 44,3% del total de abandonos prematuros se producen durante el Bachillerato, mientras que los ciclos formativos de grado medio concentran el 12,9% de los abandonos.