La diversidad social y cultural presente en los centros educativos españoles es cada vez más compleja. Educación en valores, integración multicultural, planes de convivencia o programas de mediación son algunos de los aspectos sociales que deben atender día a día los miembros de la comunidad escolar. En este marco, la figura del educador social, por su formación y competencias, representa un importante papel como profesional capacitado para dar respuesta y soluciones a los conflictos y situaciones de riesgo que interfieren en el correcto desarrollo de la actividad formativa en los centros.
Imagen: Vancouver Film School
Hasta hace pocos años, el trabajo del educador social en nuestro país se ha desarrollado de modo preferente en el ámbito de la educación no formal. La formación de personas adultas, la intervención con grupos con dificultades específicas y las acciones socioculturales han sido algunos de los principales campos de actuación de estos profesionales. Sin embargo, en la última década, esta figura ha empezado a adquirir una posición relevante en un nuevo marco: los centros escolares.
Su labor tiene una importancia destacada al apoyar el funcionamiento general del centro
Los problemas sociales y de convivencia, frecuentes en la actualidad en las aulas españolas, constituyen un contexto de trabajo adecuado para desarrollar las facultades y competencias en intervención socioeducativa que tienen estos especialistas. Su labor tiene una importancia destacada al apoyar el funcionamiento general del centro y facilitar el progreso académico de los estudiantes.
Resolución y prevención de conflictos
Castilla-La Mancha ha sido una de las comunidades pioneras en contemplar al educador social como parte integrante de la comunidad educativa y responder así a una demanda que estos profesionales reivindican desde hace tiempo. En la actualidad, Extremadura, Andalucía, País Vasco, Cataluña, Aragón y Baleares ya han desarrollado diferentes proyectos similares en la actividad de sus centros, en general, enmarcados en los departamentos de orientación escolar.
Esta figura es de especial ayuda en centros educativos con altos porcentajes de población inmigrante
Las experiencias son positivas. La intervención del educador social es de especial ayuda, sobre todo, en centros educativos con altos porcentajes de población inmigrante o minorías étnicas, ubicados en zonas de riesgo por sus características económicas y sociales, así como en los colegios donde son regulares las situaciones conflictivas.
La aportación del educador social a los centros es global. Por una parte, son competentes para actuar en la prevención y solución de problemas de conducta del alumnado, como el absentismo escolar, violencia o xenofobia. Pero también pueden funcionar como agentes de intervención en la resolución y mediación de conflictos sociales que se desarrollen tanto en el entorno académico como en el familiar. Su preparación les capacita para elaborar y poner en marcha programas educativos extracurriculares que aporten a los alumnos una formación integral en valores cívicos y morales.
Labores del educador social
Las funciones del educador social en los centros son diversas. Distintas comunidades destacan en su normativa algunas de las principales actividades que pueden desarrollar: