Educación y Producto Interior Bruto (PIB) estarían más relacionados de lo que se pensaba. El nivel educativo no solo es un valor individual, sino también colectivo. Hay estudios que afirman que mejorar el nivel educativo de los estudiantes, cuantificado a través de evaluaciones externas, supondría una mejora de la situación económica del país. Sin embargo, se advierte, ese no debe ser el único ni el principal motivo por el que se apueste por una educación de calidad. A continuación se describe cómo influye la educación en la economía, se destacan dos claves para mejorar la educación y se revela una curiosidad del Informe PISA, que no solo mide el rendimiento académico.
La educación influye en la economía
Un aumento de 25 puntos en los resultados del Informe PISA se traducirían en un incremento del PIB del 3%. Así se recoge en el informe español de las pruebas PIRLS (Estudio Internacional de Progreso en Comprensión Lectora) y TIMSS (Estudio Internacional de Tendencias en Matemáticas y Ciencias) de 2011, en el que José García Montalvo, catedrático de Economía de la Universidad Pompeu Fabra, cita la idea desarrollada por los economistas Hanushek y Woessmann. En 2010, ambos elaboraron un programa de investigación para obtener una medida que permitiera establecer una comparación entre países y llegaron a la anterior conclusión.
Un nivel de formación superior sería el origen de un mayor desarrollo económico de los países
En el informe se destaca la relación entre crecimiento económico y nivel educativo. En él, García Montalvo argumenta que en los países considerados desarrollados «los trabajadores tienen niveles de formación superiores a los países menos desarrollados» y que esa «causalidad» se recoge en otros estudios que muestran que «la educación es un antecedente del crecimiento». Para confirmar este extremo, asegura que no hay fijarse tanto en factores como el gasto por estudiante, sino en pruebas de conocimientos estandarizadas, como las que dan pie al estudio.
Con anterioridad, otros economistas ya señalaron que más de la mitad de la desigualdad educativa se corresponde con la propia desigualdad registrada en los países. En la misma línea, un total de ocho variables se descartan como significativas en el rendimiento escolar: la presencia del padre en la unidad familiar, el número de libros en casa, si se tiene ordenador, si la madre considera importante tener buenas notas en matemáticas, haber nacido en el país, la educación de la madre, la educación del padre y la edad.
No obstante, el informe destaca que todos estos datos no deben tomarse al pie de la letra, ya que en países como España se registra a la vez una sobrecualificación de los empleados, que el mercado laboral no siempre puede absorber y, por tanto, están desempleados u ocupan puestos de categoría inferior a los que correspondería a su formación.
Dos claves para mejorar la educación
Parece que los países de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) con mejor balance de cuentas son también quienes obtienes los mejores resultados en las evaluaciones externas de sus alumnos. Por ello se plantea introducir reformas conducentes a elevar las calificaciones. Las reformas, para el experto citado, se centrarían en dos aspectos: la atención en Educación Infantil y la mejora de la calidad del profesorado.
La mejora en la atención a los alumnos desde las primeras etapas educativas favorecería el rendimiento escolar durante toda la trayectoria académica. El Instituto Nacional de Evaluación Educativa (INEE) estima que «la Educación Infantil es un elemento clave para combatir el abandono escolar temprano y disminuir el fracaso escolar». Por ello se hace hincapié en el hecho de que en nuestro país «el 99,4% de los niños de 4 y 5 años están integrados en el sistema educativo», un porcentaje por encima del recomendado por la Unión Europea, mientras que «también se encuentra entre las primeras posiciones» respecto a la calidad, si bien la ratio alumno/profesor es inferior a la media europea.
En cuanto al profesorado, se plantea elevar la nota media de acceso a la carrera de Magisterio y añadir prácticas reguladas, de manera que cuando los licenciados comiencen a ejercer tengan un mayor conocimiento de la profesión. La experiencia del profesorado influiría de manera positiva en el rendimiento académico de los estudiantes, por lo que se aboga por incidir en las prácticas durante el estudio de la carrera.
El Informe PISA 2012 no solo analiza el rendimiento de los alumnos a quienes evalúa, sino que profundiza en el entorno y condiciones de los estudiantes a través de un cuestionario de contexto. A partir de las respuestas de los jóvenes examinados, cruzadas con su resultado en las pruebas, construye un Índice de Estatus Social, Económico y Cultural (ESCS). Si los valores de este son negativos, se entiende que el entorno familiar es más desfavorecido que la media de la OCDE, mientras que si es positivo, se considera mejor que esa media.
El último informe revela que el ESCS de la Unión Europea es negativo, -0,02, aunque es muy cercano a la media. En el caso de España, este índice es de -0,19. Por comunidades autónomas, todas excepto la Comunidad de Madrid y País Vasco registran resultados negativos. Estos se ubican entre el -0,02 de Asturias y el -0,48 de la Región de Murcia, que ocupa el último lugar.