Más de seis millones de estudiantes aprenden lengua española en Estados Unidos. La cifra crece cada día. Sara M. Saz, Doctora en Filología Hispánica por la Universidad de Southampton (Inglaterra) y Catedrática de Español en la Colorado State University (EE.UU.) desde 1997 constata esta tendencia. Después de ejercer la docencia durante tres lustros en la Universidad Politécnica de Madrid, Saz se trasladó hace 21 años a Norteamérica, donde ha ocupado la Cátedra de Español en distintas universidades.
Pero su actividad no se ha limitado a la enseñanza. Ha publicado cerca de 20 libros y textos sobre el aprendizaje del inglés y del español, y ha presidido la Asociación Europea de Profesores de Español (AEPE) durante los últimos siete años. Esta entidad, creada en 1967, agrupa a profesores de más de 40 países de Europa, Asia y América. Su función es lograr una unión profesional y personal entre los docentes para la difusión y el fomento de la lengua y la cultura hispanas.
Algunos de los aspectos que han revolucionado la docencia del español en los últimos años son el énfasis en la enseñanza comunicativa y en la interculturalidad, así como la aplicación de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC). El enfoque comunicativo lleva muchos años vigente, pero se modifica a medida que se integra, cada vez más, una orientación hacia el componente cultural.
“El Marco Común es un documento imprescindible para el desarrollo de currículos más homogéneos”
Aunque el MCER no se publicó hasta 2001, durante los últimos 30 años se intentó crear una normativa común para la enseñanza de las lenguas en los países que constituyen hoy en día la Unión Europea. Ha supuesto un esfuerzo ímprobo por parte de todas las personas que han contribuido, pero ha dado sus frutos en muchos países europeos. Es un documento imprescindible para el desarrollo de currículos más homogéneos entre las naciones y aporta nuevos conceptos que afectan a la metodología de la enseñanza, como el plurilingüismo y pluriculturalismo.
La multitud de recursos obliga al profesor a seleccionar los materiales más eficaces para su clase. Hay que pensar primero en los objetivos de aprendizaje, porque los documentos que elijan tanto docentes como alumnos variarán según las metas. Hay una gran riqueza de documentos auténticos y vídeos cortos relacionados con la denominada cultura con mayúscula: arte, historia, música… Este material enriquece y ayuda a los alumnos de clases avanzadas. Pero al mismo tiempo, hay infinidad de materiales relacionados con la vida cotidiana, o cultura con minúscula, que son adecuados para un aula de conversación intermedia. Por otra parte, Internet agrava un viejo problema de la enseñanza: el plagio. Se han desarrollado ya varios programas de software para ayudar al profesor a detectar a algunos de los internautas más espabilados.
“Los recursos tecnológicos han supuesto un gran avance en la creación de aulas inteligentes”
Los recursos tecnológicos han supuesto un gran avance en la creación de “aulas inteligentes” (smart classrooms) que ponen a disposición del profesor todo tipo de herramientas: sistemas electrónicos para tabular las notas, programas para comunicarse con los alumnos y colocar en la red los materiales para su clase, deberes, artículos o dibujos, foros de debate. Los estudiantes están muy habituados a trabajar así, no sólo en las clases de lenguas, sino también en el resto.
Durante los 21 años que he vivido en Norteamérica, en Estados Unidos y en Canadá, he observado un avance espectacular en el número de matrículas en español, a costa de importantes reducciones en otras lenguas. Esta cifra mantiene su crecimiento, que no está provocado sólo por el turismo o el conocimiento cultural. Estudian esta lengua porque les será útil en muchos de sus futuros campos profesionales. De ahí la importancia creciente del ELE con fines específicos. La mayoría de nuestros alumnos de español cursa dos carreras a la vez.
No. Es relevante el crecimiento del español en las universidades y en la enseñanza secundaria, pero el español es la segunda lengua de este país y pronto las clases medias y trabajadoras hispanas exigirán una mayor presencia de colegios preescolares y de primaria bilingües. Hoy en día ya existen, pero son insuficientes.
“Los hispanohablantes contribuyen al español de Estados Unidos con elementos propios de sus zonas lingüísticas”
Puede ser, pero ni la presencia de hispanohablantes ni el fenómeno son una novedad y, en todo caso, definir esa “nueva variedad” no sería fácil. ¿Acaso se unifican en Estados Unidos las más de 20 variedades de español de otros países? Es una pregunta a la que todavía no se puede contestar. Al margen de la influencia invasiva e interferente del inglés (el Spanglish). Las grandes comunidades de cubanos, dominicanos, puertorriqueños, mexicanos y otros contribuyen al español de Estados Unidos con elementos propios de sus zonas lingüísticas originales, pero al mismo tiempo, comparten una experiencia lingüística similar. Les une ser hispanohablantes en un país angloparlante.
La lectura y el análisis de la literatura es fundamental para que el alumno conozca en su lengua original las grandes obras escritas en español. La literatura es una parte muy importante de la cultura y nunca puede ser omitida. Aunque el tiempo de los alumnos es limitado y cada vez más optan por cursos que consideran de utilidad inmediata, con fines específicos.
“Los métodos comunicativos exigen al profesor un gran dominio de la lengua oral”
En los últimos años han proliferado los másteres en España para la formación del profesorado de ELE, tanto en las universidades como a través del Instituto Cervantes. Hace tiempo que existe este tipo de preparación fuera de la península (incluso en Doctorado), con más o menos énfasis en la lingüística aplicada, según la institución. Es una excelente preparación profesional para el futuro profesor de español. Los docentes que no sean nativos tienen la necesidad, además de adquirir los conocimientos metodológicos apropiados, de perfeccionar su propio español y familiarizarse a fondo con la cultura de, al menos, parte del mundo hispanohablante. Los métodos comunicativos exigen al profesor un gran dominio de la lengua oral y conocimientos culturales profundos. Es necesario un reciclaje permanente.
Es fundamental tener una buena formación académica, pero en el caso de los profesores no nativos también necesitan unos conocimientos profundos del español que no se pueden adquirir en el aula. En cuanto a actitudes, son similares para todos los docentes: grandes dosis de paciencia, imaginación, disponibilidad para el trabajo duro (a veces con una remuneración que no refleja la importancia del trabajo), mostrar un auténtico interés por su disciplina y por sus alumnos y un entusiasmo desbordante. Siempre digo a los profesores jóvenes que cuando ya no sientan entusiasmo por la docencia se dediquen a otro campo. Además, a lo mejor, hasta ganarán más.
“Es imprescindible que el profesor tenga una preparación sólida en interculturalidad”
Es imprescindible una preparación sólida en interculturalidad. Es decir, no basta con la paciencia elemental que se supone en el docente, sino que es preciso la aceptación de la diversidad. No sólo dentro, sino sobre todo fuera del aula, donde se desarrollan las relaciones con el alumnado, el centro y el entorno. Aceptar el “donde fueres haz lo que vieres” puede ser una parte importante para ganarse la confianza de los alumnos, de la institución a la que se sirva y de la comunidad en la que se ubique.