Los simuladores imitan las mismas condiciones y situaciones a las que, en algún momento, hay que enfrentarse en la realidad. Por ello, el Instituto Nacional de Tecnologías Educativas y de Formación del Profesorado (INTEF) ha diseñado estas herramientas para diferentes familias de Formación Profesional. Los contenidos son los mismos que los desarrollados en el aula, pero con situaciones a las que los alumnos se enfrentarán en el ámbito laboral. Un total de nueve especialidades disponen de su correspondiente simulador. A continuación se explican las posibilidades de cada uno de ellos.
Nueve simuladores para Formación Profesional
Los nuevos simuladores de Formación Profesional cuentan con el respaldo del Ministerio de Educación. En total, proponen actividades para nueve familias diferentes. Todos ellos explican cómo realizar una o varias tareas relacionadas con estas especialidades y, en algunos casos, se aporta incluso un manual. Además, varias de las propuestas permiten el acceso en las lenguas autonómicas -catalán, euskera, valenciano y gallego-, así como en inglés, alemán, francés y portugués.
Artes Gráficas. Cómo elaborar un cartón ondulado, cómo funciona una guillotina programable, cómo realizar una impresión offset monocolor o por flexografía, el procedimiento de troquelado rotativo y plano o el troquelado del cartón ondulado. Estas son las posibilidades que se proponen a los estudiantes. En el caso de las máquinas, la recreación intenta ser lo más fiel posible, por lo que incluso se recurre a infografía 3D.
Edificación y Obra civil. En este caso, tan solo se cuenta con una opción sobre cerramientos y particiones de fábrica, aunque con amplia información dividida en cinco unidades: herramientas, medios auxiliares y equipos de protección; replanteo de cerramientos y particiones de fábrica; morteros de albañilería; ejecución y construcción de tabiques; y colocación de elementos complementarios.
Fabricación mecánica. Tiene tres simulaciones. La primera de ellas es un simulador de parámetros de corte en fresadora, con vídeos del mecanizado en taller y que permite observar las piezas desde diferentes ángulos. Las otras dos, ensayos de tracción y mecanizado por electro erosión, incluyen un vídeo explicativo, el simulador, la posibilidad de descarga y el solucionario donde se explica todos los pasos que se deben dar, siempre como si se estuviera en un entorno real de trabajo.
Hostelería y Turismo. Es una de las simulaciones más completas. Los estudiantes pueden practicar los procesos de autocontrol basado en el APPCC (Análisis de Peligros y Puntos de Control Críticos), como si estuvieran en una empresa de restauración y tuvieran que tomar decisiones sobre almacenamiento, control de calidad o buenas prácticas de manipulación. El resto de simulaciones se refieren a los fondos líquidos de cocina (elaboración y selección de todo lo necesario para realizarlos), la calidad del servicio, la elaboración de salsas y la organización de eventos y congresos (resolución de problemas).
Industrias alimentarias. Este apartado está compuesto por seis simulaciones, que abarcan: envasado y embalaje, formulación de masas, entrada y recepción de mercancías, puesta en marcha y parada, salud laboral y tratamientos finales de conservas. Entre otras cosas, se puede aprender la interpretación de fórmulas para «reconocer los ingredientes para crear productos de panadería, repostería y pastelería, el proceso de esterilización de la leche a alta temperatura (U.H.T) o cómo destruir los microorganismos».
Madera, mueble y corcho. Se proponen dos simulaciones: instalación de mobiliario de cocina e instalación de pavimentos. La primera se basa en el proceso de venta, diseño e instalación de mobiliario de cocina, mientras que la segunda se centra en la colocación de parqué, tarima flotante y tarima sobre rastreles.
Mantenimiento y servicios a la producción. Esta simulación propone dos contenidos. El primero, conjunto caldera quemador, dispone de un manual donde se explican las características técnicas, la instalación y el modo en que debe usarse. El segundo, instalaciones frigoríficas, pretende que el estudiante practique, entre otras cosas, la elección del equipo necesario según las condiciones requeridas.
Sanidad. Con nueve aplicaciones diferentes, permite practicar otras tantas situaciones a las que los estudiantes se enfrentarán en el futuro. Se ensaya la asistencia en emergencias sanitarias, diferentes actuaciones de reanimación, el modo en que deben trasladarse los pacientes, cuestiones de logística sanitaria, mantenimiento de ambulancias y otras cuestiones prácticas.
Servicios socioculturales y a la comunidad. Con un contenido muy práctico, se centra en tres apartados. El primero de ellos, menús infantiles y alergias alimentarias, pretende que los alumnos «distingan los síntomas de las distintas alergias, descubran qué alimentos las producen y creen un menú especial para el caso». La segunda, programa de primeros auxilios, favorece que se identifiquen los síntomas y se apliquen protocolos de primeros auxilios. En la tercera, resolución de conflictos en el aula, el alumno ha de mediar en conflictos con niños de 0 a 3 años y desarrollar el correspondiente plan de prevención.
Ventajas de los simuladores
Los simuladores permiten una mejor formación de cara al futuro laboral. Con ellos se practican situaciones reales a las que los estudiantes se enfrentarán con probabilidad en su empleo. Con ellos, se entrenan y aprenden a tomar decisiones o qué pasos deberían haber dado para una resolución adecuada de los problemas. Los contenidos de los simuladores se corresponden con lo aprendido en el aula, por lo que son un complemento a la formación adquirida.
Los simuladores permiten practicar situaciones reales a las que los estudiantes se enfrentarán en un empleo
Son recursos útiles tanto para los profesores como para los alumnos, ya que ambos pueden poner a prueba sus conocimientos y capacidad de respuesta ante determinados escenarios. A la vez, ayudan a familiarizarse con las nuevas tecnologías y sus posibilidades tanto en el aula como en otros ámbitos. Los simuladores favorecen la enseñanza a distancia, ya que los estudiantes pueden acceder a estos recursos desde cualquier lugar.
Sobre todo, los simuladores dan la posibilidad de experimentar. Con ellos los alumnos pueden equivocarse y repetir las acciones hasta obtener un buen resultado. Han de reaccionar en un modo y tiempo que simula unas condiciones reales y que obliga a prestar atención, pero que admite fallos y supone una fuente de estimulación por su novedad.